Vicente Araguas Página 3
Tengo la impresión de que con Lino Novás Calvo, cubano de origen gallego (nació en Grañas de Sor, Mañón [Coruña] en 1903 y se trasladó a Cuba, junto con su familia, a la edad de siete años) se venía produciendo un cierto equívoco al que el tiempo y la buena intención de aquellos que se han echado a la espalda la tarea de rehabilitar al autor de El negrero, viene rectificando con la misma intensidad con que Cabrera Infante dejó dicho: «Novás Calvo es el único escritor cubano que reconozco como un antecedente literario».Y es que Novás Calvo, por eso la justeza de las palabras del autor de Tres tristes tigres, otro genial ninguneado por el régimen castrista, fue una
El polifacético y errático Juan Eslava Galán, dueño de una carrera literaria que se nutre –básicamente– de premios de la editorial Planeta y aledaños (los tiene todos, del Planeta al Fernando Lara pasando por el Ateneo de Sevilla), ataca ahora con un libro con ribetes de histórico, un poco en la línea de Pío Moa –es decir a lo DIY, do it yourself para entendernos– pero sin la carga ideológica del antiguo teórico de los GRAPO. Es decir Juan Eslava Galán en Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie lo que pretende, vaya por Dios, es ser equidistante, demostrando que tan borricos y cainitas eran los unos y los otros, a partir de una
Colm Tóibín (Enniscorthy, Irlanda, 1955) vivió entre 1975 y 1978 en Barcelona, ciudad que ocupa lugar de preferencia en su geografía sentimental y a la que se ha dedicado –orwellianamente– un libro que lleva el título significativo de Homenaje a Barcelona. Así las cosas, no parece extraño que la primera novela de Colm Tóibín, El sur, de 1990 y que ahora aparece en castellano en acertada versión de José Manuel Álvarez Flórez, se desarrolle en parte en Cataluña, con esporádicas localizaciones en Barcelona. El sur arranca en la Ciudad Condal, en el otoño de 1950, con la llegada de Katherine Proctor, mujer irlandesa protestante en sus orígenes quien, habiendo abandonado a su esposo e hijo, se halla poseída por la
Dentro de ese territorio ambiguo, como bien supo señalar Rafael Cansinos-Assens en su trilogía La novela de un literato, donde lo recordado avanza con un ritmo narrativo intenso, que podría hacer confundir memoria con novela, se mueve La playa del horizonte del canario Juan Cruz Ruiz, que compagina la literatura con otras esferas de la comunicación, así la radio y el periodismo. La playa del horizonte, y vayamos entrando en materia, es un libro caudaloso y sentimental en el que el protagonista, un álter ego de Cruz cuando no directamente él mismo, se desenvuelve en una franca bipolaridad con visos de esquizofrenia. De desdoblamiento de personalidad explícito, siendo así que el sujeto activo de La playa del horizonte, en las
Jaime Salinas es todo un personaje de la literatura española, fundamentalmente desde su condición de editor de vanguardia. Y, sin embargo, de él se ha venido sabiendo muy poco, y el silencio en torno a este editor «de culto», si se ha visto roto, ha sido gracias al testimonio sesgado de escritores (Benet, Gil de Biedma, Carlos Barral, García Hortelano, Ángel González) que compartieron vivencias al lado del «hijo de Don Pedro». Aspecto este último, y a la lectura de Travesías me remito, que no ha dejado de ser una pesada losa para Jaime Salinas, un animal literario –malgré lui – que por fin ha optado por abrirse al ojo público a partir de una estrategia memorialista que debiera tener
Yo no sé si las dos novelas de Inês Pedrosa traducidas a nuestro idioma (La instrucción de los amantes y En tus manos) han servido de mucho para darnos a conocer a esta autora, relativamente joven (nació en Coimbra en 1962), aunque en su país es de las novelistas que más cuentan. Ocurre que como en aquella vieja –y horrenda– película española: la mies es mucha y poco el personal dispuesto a cribar toda la avalancha libresca que se nos viene encima. Y lo cierto es que Inês Pedrosa aporta una voz muy personal, incluso en sus defectos y excesos, y una mirada amplia sobre la realidad portuguesa, cosa esta última muy de agradecer en los tiempos globales que vivimos,
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.