Caperucita Feroz
Los cuentos de hadas provocan de manera irresistible su chiste contraparte. Por ejemplo, aquél en que la princesa llega al bosque, descubre un sapo y le pregunta: «¿Eres tú el príncipe encantado al que debo dar un beso?». Y el sapo contesta: «No, ése es mi hermano, conmigo te toca sexo oral». En su libro, José Ovejero no se propuso ese proceso de reversión, pero los mecanismos usados se le parecen mucho. Así sucede en el caso del proverbial genio de la lámpara, donde el propio genio es quien tiene tres deseos que hay que satisfacerle, un hallazgo estupendo y que da lugar a uno de los mejores cuentos de esta gavilla de nueve. No todos están cortados por el