Epílogo: Durbar en Ejura (Ghana), diez años más tarde
Silvia y yo estamos llegando a Ejura, la capital de la región maicera, en pleno territorio Ashanti. Vamos en el todoterreno que me tiene asignado la empresa, equipado con doble depósito de gasolina para evitar la frecuente eventualidad de que la gasolinera de turno no pueda bombear gasolina por falta de electricidad. Hemos estado un par de días en el Parque Nacional Digya, donde nos ha llovido la mayor parte del tiempo. Parece que en Ejura lucirá el sol durante el Durbar del Día de la Agricultura, al que tengo que asistir. Silvia ha decidido acompañarme a esta celebración cuando se ha enterado que en ella dará un discurso el duradero presidente de Ghana, Jerry John Rawlings.
Aparcamos a cierta distancia del estadio de futbol donde ha de celebrarse el acontecimiento y enseguida nos subyuga el imperioso ritmo de la música, la potente percusión. Gentes vestidas de vistosos colores se agolpan en todas las entradas, menos en la que da acceso a la tribuna principal, donde nos dan paso tras mostrar nuestras credenciales. El estadio está a rebosar y la ensordecedora música nos incita, sin posible resistencia, a dar pasos de baile. Después de un rato, los miles de asistentes se transforman en un armonioso coro que entona lo que no puede ser sino el himno nacional.