Lugar, tiempo, acción: una villa junto al lago Wannsee de Berlín, 20 de enero de 1942, preparación de un genocidio, concretamente la «solución final a la cuestión de los judíos europeos». En este lugar y en ese día se reunieron quince dirigentes del régimen nazi. Los había invitado Reinhard Heydrich, jefe de la policía y del servicio de seguridad. El mundo no sabría nada de esta conferencia si durante el proceso de Núremberg, en marzo de 1947, no se hubiera encontrado casualmente un acta que el fiscal americano, general Telford Taylor, consideró «quizá el documento más vergonzoso de la Historia moderna». Se trataba de la única acta conservada de una sesión –de treinta originales–, y de la única prueba, indirecta,