María José Calvo Montoro
Escribir sobre Nápoles es negarla. La ciudad de Nápoles genera en el texto su propia resistencia, diferentes fórmulas ante la impenetrabilidad, ante la imposibilidad mimética. Se puede hacer un recorrido por algunas secuencias de esta tradición: así, en los años cincuenta, la opción de Anna Maria Ortese para explicar su forma de «detestar la realidad» de Nápoles desolada por la guerra en Il mare non bagna Napoli (1953) nos conduce a la imagen de una niña muy pobre y muy miope que se prueba por primera vez unas gafas en una elegante óptica del centro y ve que todo son brillos en la ciudad, colores vivos. Cuando las estrena, sin embargo, está en el patio de su casa, lleno de
El último libro de Susanna Tamaro se presenta como una vuelta a la novela. Una vuelta después de varios años dedicada exclusivamente a escribir textos de compromiso en la prensa católica. Este retorno se presenta, por tanto, como un incentivo para el lector que la encumbró recientemente y que, con toda probabilidad conoce menos a la buena Tamaro, que es la de sus primeros libros: La cabeza en las nubes o Para una voz sola (Seix Barral). Una buena Tamaro que no ha vuelto a escribir y nos deja con una Tamaro «entregada a la causa» a través de un mecanismo que se repite en Respóndeme, que cuenta tres casos de desamparo y violencia en el mundo contemporáneo a través
«Una conspiración, un complot» provocados por los lectores que han ido pasándose la voz. Así explica el propio Andrea Camilleri el éxito estrepitoso que, con más de setenta años, le mantiene en las listas de ventas como actual fenómeno editorial en Italia y que ha convertido a este siciliano afincado en Roma, profesor de Arte Dramático, guionista y director de teatro y televisión en un escritor de culto popular traducido, por el momento, a trece idiomas. El llamado «fenómeno Camilleri» ha renovado en Italia el gusto por la trama policial al más puro estilo Simenon, cuyas historias habían sido llevadas a la pequeña pantalla precisamente por el propio Camilleri como director de una serie que obtuvo importantes índices de audiencia
En el verano del 94 tuve la oportunidad de conversar con Ángel Crespo sobre su traducción de La Divina Comedia. Me comentó que tan imponente empresa se había debido a la necesidad de explicar la obra de Dante en las aulas universitarias. Quizá sus palabras se debieron a una forma de complicidad –no exenta de afectuosa comprensión– hacia alguien que debía explicar el poema dantesco a hispanohablantes, como él había hecho, muchos años atrás. Sin embargo, creo que me ocultó la verdadera razón de su afortunada iniciativa, una razón que debía ser mucho más intensa y privada: el deseo de llegar al más alto grado de comprensión de la palabra poética de Dante a través de la difícil transformación en
«He soñado que vivíamos juntos y felices»A lo largo de todo el artículo se citarán entre comillas algunos fragmentos traducidos al castellano de una carta inédita del Epistolario Elsa de'Giorgi fechada en la primavera del 55 por M. McLaughlin, "Il casteggio Calvino-de'Giorgiu: problemi di datazione", Autografo, nº 36 (1998), pág. 16, que está conservada en el Fondo Manoscritti di Autori Moderni e Contemporanei de la Universidad de Pavia., le escribe Calvino a Elsa de' Giorgi apenas iniciada su relación, cuando la actriz-escritora se había convertido en testimonio privilegiado de uno de los períodos más interesantes y difíciles de la trayectoria creativa de Calvino. Un final feliz como el de los cuentos de hadas para aquellos años difíciles de sus «Idilli
La más reciente crítica leopardiana revalida el sentido de los Cantos como macrotexto orgánico en el que cada composición y cada uno de sus elementos, contribuyen a construir un sistema riguroso de piezas interdependientes. Este valor queda ratificado a través del estudio sobre las variantes –realizado en profundidad por F. Gavazzeni en su edición de Rizzoli, Milán, 1998– de las dos versiones cuidadas y revisadas por Leopardi (Florencia, 1831, y Nápoles, 1835). El proceso que lleva a cabo Leopardi en sus ediciones confirma el sentido proyectual del poemario, programado y desarrollado a partir de un potente entramado ideológico que se entrelaza y yuxtapone a las reflexiones que recogió en sus extensas anotaciones del Zibaldone, obra a la que se debe
Con la publicación en castellano de dos nuevos títulos de Susanna Tamaro se reabre la polémica surgida a raíz del éxito obtenido por Donde el corazón te lleve (Seix Barral, 1994) y Anima mundi (Seix Barral, 1997). La escritora italiana presenta una recopilación de entrevistas, El respiro quieto, donde se presenta de forma directa hablando de su concepción de la escritura, sus convicciones personales, sus valores, sus gustos personales, su ideología, su espiritualidad… El segundo reúne, en una especie de diario íntimo que titula Querida Mathilda, una colección de reflexiones personales en forma de cartas a una amiga africana que ya había publicado durante el año pasado en la revista católica Famiglia Cristiana. Ambos textos consolidan esa imagen de escritora
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