Libros recientes.

Saudade en Lisboa

Lisboa es la ciudad de la saudade. No es posible caminar por sus calles, plazas y parques sin experimentar nostalgia, melancolía y cierto fatalismo. Antonio Muñoz Molina ya había ambientado una de sus primeras novelas en Lisboa y ahora vuelve a ella para narrarnos la peripecia de Bruno, un hombre en el umbral de la vejez que espera a su pareja en la soledad de un apartamento, sin otra compañía que su perrita Luria. Muñoz Molina elige la primera persona para impulsar el relato, logrando una intensidad que insinúa un fuerte componente autobiográfico. «Me he instalado en esta ciudad para esperar en ella el fin del mundo», afirma Bruno, sin ocultar su pesimismo existencial y su escasa fe en los logros del ser humano. Bruno ha vivido unos años en Nueva York y se ha mudado a Lisboa, buscando un ambiente más íntimo y silencioso. Testigo de los ataques terroristas del 11-S, no se hace ilusiones sobre el curso de la historia: «Probablemente el fin del mundo ha empezado ya, pero aún parece estar lejos de aquí». Se ha adelantado a su pareja, Cecilia, para acondicionar el apartamento. No quiere que añore su vivienda neoyorquina. Ha encontrado un barrio situado cerca del río Tajo y con un puente parecido al George Washington Bridge. Se muestra especialmente cuidadoso con la decoración, intentando reproducir con el máximo detalle el aspecto de su vivienda neoyorquina. El amor necesita una rutina. Las novedades conspiran contra la estabilidad emocional. 

Leer reseña »

El inquietante encanto de la República de Weimar

La República de Weimar, sucesora en 1919 del Segundo Imperio alemán tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y liquidada en 1933 al ascender Adolf Hitler a la cancillería de lo que todavía tenía nombre oficial de Deutsches Reich, sigue ejerciendo cien años después de su nacimiento una fascinación indudable sobre las generaciones posteriores a 1945. Encanto, si se quiere, un tanto morboso, que resucita de forma periódica en tiempos de turbulencias democráticas, desafíos a las certidumbres de los sistemas democráticos construidos después de la Segunda Guerra Mundial, incertidumbre económica y difusas amenazas en el horizonte. Weimar se convirtió en un símbolo político lastrado, sinónimo de democracia fracasada en una sociedad moderna, consumida por enemigos internos y llegados al poder mediante unas elecciones.

Leer reseña »

Ventajas y riesgos de la edición de genes

Las técnicas de ingeniería genética se introdujeron en los años setenta del siglo pasado. Su objetivo es la manipulación del ADN con el fin de seleccionar un gen e introducirlo en un organismo de manera que se integre y funcione en su genoma. De ese modo puede conseguirse que dicho organismo produzca una proteína para la que no poseía información genética. Por ejemplo, casi toda la insulina utilizada con fines médicos es fabricada hoy día por bacterias a las que se ha proporcionado el gen correspondiente. No es de extrañar por ello que, de todas las propuestas que desarrolla la moderna biotecnología, sea la producción de transgénicos –organismos que han incorporado en su genoma material genético exógeno– la que ha tenido más impacto económico y repercusión mediática. El éxito en agricultura ha sido muy notable. Los cultivos de plantas transgénicas, principalmente soja, algodón, maíz y colza, se extienden sobre unos ciento noventa millones de hectáreas, de los que en España hay ciento veinte mil. Menor ha sido el impacto en producción animal. Los primeros animales domésticos transgénicos (cerdos) se produjeron en 1998. Desde entonces, su empleo para consumo humano ha sido poco importante. Hasta la fecha, sólo en Canadá y Estados Unidos se ha autorizado un salmón transgénico con dicha finalidad. Sí que se han utilizado, aunque en una escala pequeña, para producir productos farmacéuticos. Mayor interés han tenido los ratones transgénicos, que se emplean en gran medida para estudiar la base genética de caracteres de interés para el hombre, especialmente enfermedades.

Leer reseña »

El lado oscuro del bien

Hace unos meses, The Daily Orange –diario local de Syracuse (Nueva York)– informaba sobre una polémica sucedida en el campus que la Universidad de Syracuse tiene en Madrid. Un grupo de estudiantes estadounidenses denunciaron a su profesora ante la dirección por haber permitido que la palabra nigger (término despectivo para referirse a las personas de raza negra) se escuchara en clase. La palabra no se había empleado como insulto, sino que aparecía en un texto de Paul Theroux que se leyó en voz alta. Aquella sesión terminó con la indignación entre lágrimas de una alumna afroamericana y la consiguiente movilización estudiantil. La dirección del centro reaccionó convocando una reunión extraordinaria y emitiendo un comunicado en el que reiteraba su compromiso con la inclusividad y contra la discriminación.

Leer reseña »

Las antinomias de Carlos V

En los últimos años Geoffrey Parker ha venido ofreciendo a sus lectores sucesivos especímenes en formato king size, esto es, biografías de reales personajes en volúmenes de considerable extensión. Si mi cuenta no falla, suman cuatro de sus últimas obras unas cuatro mil quinientas páginas, de las cuales en tres mil se despliegan las biografías de Carlos V y Felipe II con desigual reparto (mil y dos mil, aproximada y respectivamente), correspondiendo las restantes a tema bien diverso que en su día comenté en esta revista. De las biografías citadas, una primera sobre Felipe II  requirió de una segunda etiquetada como «definitiva», seguida a su vez de otra «esencial» . Ésta de Carlos V se presenta, sin embargo, como «nueva», aunque no porque suceda a otra previa del autor. Se trata, simplemente, de que, en su factura, el autor se ha propuesto «utilizar todas las fuentes disponibles acerca de Carlos», con el propósito añadido de trasladar íntegramente al público lector todo el caudal informativo que la documentación consultada le ha proporcionado: «Para bien o para mal –promete Parker–, de lo que yo sé del emperador poco dejaré que quede en mi propio tintero». Atributos de «definitiva» parecen, pues, no faltarle. Por lo demás, no sorprende tanto esfuerzo. Parker se dio a conocer con una obra que, a día de hoy, continúa siendo de referencia para el estudio del conflicto de Flandes, también conocido como Guerra de los Ochenta Años (1567-1648), y en algún momento cabía esperar que abordara la biografía del artífice político que dio cuerpo al ente político protagonista y escenario de tales hechos. La deuda ha quedado, por tanto, saldada.

Leer reseña »

Alfonso Guerra y los dos Partidos Socialistas

Cientos de miles de españoles podrían acreditar idéntica experiencia: en su círculo más cercano de amigos y familiares –aquel en el que uno tiene confianza para hablar con los demás sobre el sentido de su voto–, muchas personas que antes votaban al PSOE han dejado de hacerlo en la actualidad. Estoy hablando de quienes José Ignacio Torreblanca ha denominado, con razón, votantes fantasma del PSOE, o, también votantes huérfanos, «los de toda la vida, los de centroizquierda moderado, los progresistas sin estridencias y los pragmáticos que abjuran de los radicalismos y las exageraciones ideológicas, los que prefieren que su partido haga mucho y diga poco a que diga mucho y haga poco. [Los que] no tienen problemas con la Constitución de 1978 y se sienten moderadamente patriotas, más por orgullo por lo logrado por este país en los últimos cuarenta años que por un fervor identitario y esencialista», aquellos a los que, entre otras cosas, les provoca escalofríos que el PSOE recurra a «silencios, omisiones y sobreentendidos» para «ganarse los votos de los independentistas». Aquellos, en fin, que no entienden ni pueden aceptar que «partidos autocalificados de izquierdas encuentren razonable la compañía de partidos que apelan a la identidad para justificar desigualdades».

Leer reseña »

Hoy no me puedo levantar

La protagonista y narradora de Mi año de descanso y relajación, una muchacha anónima de veintiséis años, quiere dormir sin parar. Según se describe, es «somnófila». En el comienzo, se ayuda con «trazodona y zolpidem y Nembutal», más adelante añade fenobarbital, Ambien o Ativan y, al cabo, descubre la panacea en un fármaco experimental (e imaginario) llamado «Infermiterol», que la deja frita tres días seguidos. «Alta y delgada y rubia y guapa», la muchacha es una bella durmiente de nuestro tiempo. Pero la novela no es ninguna fábula, y en su vertiente satírica registra la influencia del clásico de Iván Goncharov Oblómov (1859), cuyo antihéroe quería pasarse la vida en la cama. En la misma vena, Moshfegh salpimenta el descanso con el estrés y la relajación con las intrusiones del mundo.

Leer reseña »

El doble rostro del procés

A la ya larga lista de libros sobre el procésJordi Amat, La conjura de los irresponsables , Barcelona, Anagrama, 2017; Joan Coscubiela, Empantanados. Una alternativa federal al sóviet carlista, Barcelona, Península, 2018; Lola García, El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista, Barcelona, Península, 2019; Daniel Gascón, El golpe posmoderno. 15 lecciones para el futuro de la democracia Barcelona, Debate, 2018; Pau Luque, La secesión en los dominios del lobo, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2018; Guillem Martínez, 57 días en Piolín. Procesando el procés, el caso, la cosa, la trila, Madrid, Lengua de Trapo/Contexto, 2018; Ignacio Sánchez-Cuenca, La confusión nacional. La democracia española ante la crisis catalana, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2018; Santi Vila, D’herois i traïdors. El dilema de Catalunya, atrapada entre dos focs, Barcelona, Pòrtic, 2018; Oriol Bertomeus, El terratrèmol silenciós. Relleu generacional i transformació del comportament electoral a Catalunya, Vic, Eumo, 2018., se añaden ahora dos más que –como trataré de argüir– agudizan sensiblemente nuestra mirada sobre la crisis político-constitucional que ha vivido la relación de Cataluña con el sistema institucional español surgido de la transición democrática y encarnado en la Carta Magna de 1978 y del cual no conocemos todavía el desenlace. Como es bien sabido, ha concluido hace poco la vista oral del proceso por rebelión, sedición, malversación y desobediencia contra los protagonistas políticos y civiles del procés.

Leer reseña »

El ejército que nació en Marruecos

«Ningún analista podrá poner en duda que la institución militar ha desempeñado un papel determinante en la historia de España», escribe el prologuista de este volumen, el historiador militar Fernando Puell de la Villa, para sostener seguidamente que, si el protagonismo castrense fue acusado durante toda la etapa contemporánea de España, aún lo fue más en el período concreto que va desde que se dibuja la «sombra de Marruecos» en la política española hasta la eclosión del franquismo. «A la vista de ello –argumenta a continuación– resulta incomprensible la escasa atención prestada por los investigadores a tema tan trascendental». La mencionada contraposición, convertida en tópico argumentativo y en lamento tan admitido como estéril, ha tomado carta de naturaleza como una realidad palmaria desde hace varias décadas en el frontispicio de cualquier publicación de historia militar. Tanto es así que el autor de esta obra, Daniel Macías, tras una breve introducción, toma como punto de partida de su análisis –de hecho, es la primera frase que encuentra el lector– el mismo planteamiento: «El africanismo, entendido como familia militar, ha sido muy poco y también mal estudiado hasta el momento». No resalto esta coincidencia como cuestión anecdótica, sino en la medida en que dicho diagnóstico, tomado, según acabo de apuntar, como premisa indiscutible, condiciona en última instancia la propia estructura del volumen que comentamos. Así, dado que el africanismo en particular, pero también el ejército español en su conjunto y todo lo relacionado con la órbita castrense, están, según las estimaciones antedichas, tan postergados en el ámbito académico o universitario, el autor considera necesario dedicar un amplio apartado –al menos un tercio del libro, adaptación, por cierto, de una tesis doctoral– a lo que bien podrían llamarse cuestiones previas: aclaraciones metodológicas, repaso bibliográfico, problemas de enfoque, bosquejo del contexto, debates ideológicos y panorama general del período.

Leer reseña »

Novelas y universidades

Estas dos novelas corresponden al género denominado novela de campus, bastante extendido en Estados Unidos desde hace muchos años. Uno recuerda cómo, tiempo ha, la editorial Lumen tuvo la estupenda idea de traducir una buena novela (Una nueva vida, 1966) de un buen escritor, Bernard Malamud, que, más que novela de campus, es una que se desarrolla en un campus. Y Alianza publicó, en muy buena traducción de Juan Benet, Este lado del paraíso (1971), de F. Scott Fitzgerald. En España, sin ser exhaustivos, podemos recordar que, antes del gran éxito de Soldados de Salamina, Javier Cercas publicó dos novelas de este tipo, El inquilino (1989), que se desarrolla en Estados Unidos, y El vientre de la ballena (1997). También, a propósito, Todas las almas (1989), de Javier Marías, esta de ambiente inglés, y Un momento de descanso (2011), de Antonio Orejudo. Y, ya que en una de las nuestras hay un muerto, La muerte del decano (1992), libro no muy conocido de Gonzalo Torrente Ballester. Y acaba de publicarse la versión castellana de Las hijas de otros hombres (2019), de Richard Stern.

Leer reseña »

Biología de la violencia

La agresividad está presente en todos los animales y su manifestación puede alcanzar diversos grados de violencia. Suele admitirse que ciertos niveles de agresividad facilitan la supervivencia del individuo y del grupo social, pero, ¿cómo se genera en el cerebro un acto violento? Si conociéramos los mecanismos, quizá podríamos intervenir para modificarlos y, al menos, reducir las páginas de sucesos en los diarios de noticias. El libro es una exposición, profunda y didáctica, del conocimiento actual sobre esos mecanismos. Su autor, Robert Sapolsky, es un endocrinólogo que ha investigado el estrés y la agresividad en grupos de monos en Kenia, imparte docencia en la Universidad de Stanford y mantiene una intensa actividad de divulgación. Como prueba de honestidad, Sapolsky comienza reconociendo la inspiración recibida de su mentor, el antropólogo Melvin Konner, y su libro sobre el comportamiento social humano. Sapolsky aborda muchos comportamientos, pero la agresividad es el tema dominante: por eso me centraré aquí en ella.

Leer reseña »

Una historia arriesgada que siempre se repite

El libro que ahora se reseña tuvo que sortear algún obstáculo serio antes de su publicación, habida cuenta de su extensión (trescientas sesenta mil palabras). Al final, Historia de los productos financieros ha aparecido bajo el sello de la editorial Kindle, propiedad de Amazon, para la cual la extensión no supone problema alguno.

Dicho esto, y por si algún lector pudiera desconfiar de la capacidad del autor para enfrentarse a tan enciclopédico empeño, permítaseme una presentación muy escueta de su experiencia y cualificaciones académicas contrastadas: ¡en estos tiempos, toda precaución en este punto es poca! Miguel Córdoba trabajó durante treinta y cuatro años en uno de los mayores bancos españoles y recorrió los departamentos de Operaciones, Banca de Inversiones, Bolsa y Dirección Financiera, simultaneando ese quehacer profesional con la docencia en dos centros universitarios madrileños: como profesor de Matemáticas y Teoría de la Decisión, así como de Modelos para Análisis Financiero, en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU-San Pablo, y de Gestión Bancaria en la Universidad Carlos III. 

Leer reseña »

En tierra hostil

Con El director, de David Jiménez (Barcelona, 1971), me han venido a la memoria las palabras de Emmanuel Carrère en noviembre de 2017, durante su discurso de recepción del premio de Literatura en Lenguas Romances de la Feria del Libro de Guadalajara (México): «Un escritor que habla de sí mismo detiene la experiencia cuando quiere y, aunque sea muy sincero, muy audaz, muy exhibicionista, en el fondo no se arriesga demasiado». La frase del escritor francés, tan dotado él para el relato basado en hechos reales, sirve como advertencia para los lectores de El director, crónica del año en que David Jiménez estuvo capitaneando el periódico El Mundo, entre 2015 y 2016, antes de su fulminante destitución. Como venía a apuntar Carrère, un relato autobiográfico es un testimonio de parte, un monólogo en el que toda objeción al autor es ficticia. Es más, los protagonistas y los sucesos del relato no tienen por qué ser completamente veraces (puede haber medias verdades, tergiversaciones y hasta falsedades), por mucho que la credibilidad del texto –es decir, su capacidad persuasiva– adopte para su éxito el disfraz de lo verdadero.

Leer reseña »

«¿Por qué nadie lo vio venir?» Los economistas y la recesión

La crisis económica conocida como «La Gran Recesión» o «La gran crisis del siglo xxi» ha hecho correr ríos de tinta sobre montañas de papel y llenado con kilómetros de escritura las pantallas electrónicas; y es de suponer que seguirá haciéndolo. En realidad, la crisis financiera a que se refiere el libro de Antonio Torrero fue sólo el detonante de un proceso recesivo que se prolongó, según los países y los sectores, hasta 2015 aproximadamente. El fenómeno alcanzó tales dimensiones que pronto se lo comparó con la Gran Depresión del siglo XX. Esta se extendió durante todo el decenio 1929-1939 y sacudió e hizo temblar los cimientos de las sociedades de aquel tiempo. Las repercusiones políticas de la Gran Depresión fueron terribles: en Alemania dieron el poder a Hitler y, de manera y por medios muy diferentes, en España a Franco. Contribuyeron a polarizar a los electorados del mundo entero y dieron una apariencia de respetabilidad a los regímenes políticos totalitarios que proliferaron por entonces, al tiempo que desprestigiaban y comprometían gravemente el modelo de liberalismo socialdemócrata que había empezado a generalizarse en la Europa de entreguerras. No cabe duda de que la Gran Depresión fue, a través de sus terribles secuelas sociales y políticas, el factor más importante en el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Leer reseña »