Sobre el nuevo Museo del Ejército
Hace algo más de una década, una decisión inapelable del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, determinó el traslado del Museo del Ejército de su histórico emplazamiento en las cercanías del Museo del Prado a la ciudad de Toledo. De nada sirvieron ni las protestas de los amantes del museo, ni las gestiones del alcalde de Madrid (que ofreció sedes alternativas) ni las campañas promovidas por algunas fuerzas vivas. Tampoco sabemos si en el entorno de Aznar alguien se atrevió siquiera a sugerirle la posibilidad de reconsiderarlo. La decisión del traslado venía motivada por el propósito de dejar expedito el edificio para ampliar la pinacoteca del Prado y recrear el Salón de Reinos. Y, de paso, potenciar el Museo