
Echegaray y la cuadratura del círculo
En 1887, José Echegaray (1832-1916), retirado de la política, escribió unas Disertaciones sobre la cuadratura del círculo. Como metáfora, vale para el mismo Echegaray, dramaturgo, matemático y político que profesaba las ciencias exactas a la vez que escribía dramas románticos. Todo lo que ocurrió en torno a él en los primeros años del siglo XX fue también bastante cuadratura del círculo: en 1904 se convirtió en el primer premio Nobel español, a la vez celebrado por las instituciones y denostado por los modernos por su lírica trasnochada, en la que ellos no se reconocían: se trata del manifiesto de los del 98 en el que tuvo un papel relevante Azorín. Pero hay más ejemplos de esa rara conjunción de aptitudes y de circunstancias (como dijo Pablo de Alzola, el historiador de las obras públicas) que concurrían en Echegaray: un ingeniero de caminos no constructor que, como responsable de las obras públicas, había adjudicado cientos de kilómetros de vía férrea y de carreteras; un prestigioso profesor de matemáticas en la reputada Escuela de Ingenieros de Caminos que, pese a ello, añoraba la posibilidad de abrir una academia privada de preparación para ingresar en las escuelas superiores, porque se ganaba más.