Ángeles, supervivientes
Al lector con cierta memoria cinematográfica quizá no le resulte difícil empezar El mapa de la vida y evocar de inmediato Cielo sobre Berlín, la película de Wim Wenders (1987) que arranca con un ángel en lo alto de la iglesia del recuerdo, en plena Kudamm. Desde allí contempla lugares marcados por la historia y gentes con las que irá moviéndose para apreciar al detalle sus pensamientos y vivencias, hasta hacerse él mismo humano –«ahora sé lo que ningún ángel sabe», dice al terminar–, sin los límites de su anterior condición sobrenatural. Algo de ese comienzo tiene el ángel situado por García Ortega en lo alto del Faro de la Moncloa mientras «la heroica ciudad se despertaba»: son las cinco