
Segunda diana de Cormoran Strike
Con la heptalogía de Harry Potter, J. K. Rowling había alcanzado un enorme prestigio dentro de la literatura juvenil, pero ese camino parecía haberse agotado, después de recorrerlo hasta el final, cuando la escritora aún estaba en plena madurez creativa. Tal vez consciente de que la reiteración suele terminar en la parodia, Rowling decidió dar un cambio radical, haciendo todo lo contrario de aquello que le había procurado tanto éxito, como para demostrar que dicho éxito no había sido fruto del azar, ni de las modas, sino de un talento que podía desplegarse en cualquier otro género o estilo.