El enigma del bien: Andrés Ibáñez o la escritura como hierofanía
Lo primero que me viene a la cabeza al dar comienzo a mi comentario sobre esta obra insólita es lo que dijo Julio Cortázar cuando Lezama Lima publicó su primera novela, Paradiso. Según Cortázar, el poeta cubano conculcaba todos los preceptos del buen novelar, lo cual a la postre daba exactamente igual, ya que Paradiso estaba a la altura de las obras maestras de García Márquez, Alejo Carpentier y otros grandes del boom. El tiempo sancionó la opinión de Cortázar y hoy nadie discute el estatus de Paradiso como una de las mejores novelas latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX.