Las sombras de la caverna
La fama de no ocuparse de lo inmediato y cotidiano les viene a los filósofos de antiguo. Ya al primero de ellos, Tales de Mileto, se le atribuye alguna anécdota entre ingenua y graciosa que abunda en el tema. Desde entonces acá los filósofos han dado motivos suficientes para justificar esta acusación. Pero no es menos cierto que tales generalizaciones suelen ser injustas y, para demostrarlo, aquí tenemos a dos filósofos, Gustavo Bueno y Enrique Lynch, ocupándose de algo tan cotidiano y concreto como la televisión. Pero ya se sabe: si algo mueve a los filósofos es la polémica, y la televisión es, hoy más que nunca, objeto de discusión constante. Ningún otro medio de comunicación suscita más escándalos y