La cocina del texto
He seguido la obra de Pedro Zarraluki, libro tras libro, como un lector fiel y como un crítico (lamentablemente no siempre podemos escribir del libro que más nos gusta) inconstante. Pero todos sabemos que, casi siempre, lo que haya en nosotros de lectores es más libre y más lúcido y sincero que lo que podamos tener de críticos. En fin, no me sorprende, por tanto, que quien ha cultivado con fortuna el cuento y la novela desemboque en un libro como este, en el que uno y otro género aparezcan engarzados. La fórmula tiene en nuestra narrativa un pedigrí clásico y moderno, de Cervantes a Juan Eduardo Zúñiga o Juan José Millás, y en catalán Robert Saladrigas, por sólo citar