Andrés Moya
El pensamiento de Carlos Castrodeza se centra en proyectar el darwinismo más allá del ámbito puramente epistémico de la teoría científica que explica el origen y la evolución de las especies. Sus trabajos de 1988 sobre la historia del evolucionismoCarlos Castrodeza, Teoría histórica de la selección natural, Madrid, Alhambra, 1988. o el progreso biológicoCarlos Castrodeza, Ortodoxia darwiniana y progreso biológico, Madrid, Alianza, 1988. podrían hacernos adivinar hacia dónde podría derivar su pensamiento. Evidentemente, la emergencia de la teoría sociobiológica o la psicología evolutiva han servido para afianzar en Castrodeza un pensamiento evolucionista que pretende hacerlo llegar hasta lo más recóndito de nosotros. Es así como desarrolla un sistema filosófico original, cuyo punto de inflexión se produce, a mi juicio, con
Dice el autor que el trabajo de esta obra le ha llevado más de treinta años. No se trata, por tanto, aunque sólo sea por respeto a la larga meditación que ha supuesto, de una obra escrita con ligereza.Todo lo contrario: es una obra compleja, con muchas aristas y que hace una aproximación multidisciplinar a la libertad. La cuestión es importante, especialmente ahora que corren versiones tan simplistas en torno a las bases genéticas de la determinación humana. Nuestros propios prejuicios, preconcepciones y ligerezas de pensamiento nos llevan a reflexiones triviales y poco maduras en torno a un tema de tanta enjundia. La obra de Dennett es un ejercicio fabuloso para aproximarnos al espinoso asunto de si somos libres, a
La obra reciente de Carlos Castrodeza presenta, a mi juicio, dos perfiles. Primero, la introducción en el panorama filosófico y del pensamiento nacional de las tesis sociobiológicas más recientes, concretamente la de autores como Ridley, Skyrms y Wright. El segundo, y probablemente más importante, es que se trata de un autor que está desarrollando tesis originales y arriesgadas sobre la naturaleza humana. Hablar sobre ella, lo que es y lo que la mueve, la ontología y la ética, es retomar la tradición filosófica por excelencia. Pero las fuentes de Castrodeza para sustentar sus planteamientos no son, en esencia, las que proceden de la citada tradición, aunque la considera, sino las de la ciencia. De física y biología se nutre para
La obra, coordinada por A. Durán y J. Riechmann consta de una introducción y quince capítulos. Los dos últimos son, respectivamente, una resolución de la Ejecutiva Confederal de CC.OO. y una propuesta de ley sobre la objeción de conciencia en materia científica: dos documentos de naturaleza política y legislativa que tratan de recoger las consideraciones críticas planteadas en los capítulos precedentes. Porque de eso se trata: de crítica. La obra es una evaluación «crítica» de la introducción en el entramado social (por lo que hace a nuestra especie) y global (por lo que afecta al medio ambiente) de cualquier práctica biotecnológica. Que se requieren obras de este tipo salta a la vista. Suele darse una bipolarización entre detractores y defensores
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