
Stalin: esperando a Hitler
Cuando hace tan solo tres años, en 2014, apareció el primer volumen de la monumental trilogía de Stephen Kotkin sobre la vida y las políticas de Stalin, quedó claro que esta obra sería una de las más exigentes de entre todas las numerosas biografías de los dictadores del siglo XX. Las dimensiones del proyecto son impresionantes. El primer volumen había cubierto la vida de Stalin hasta su quincuagésimo primer cumpleaños en 1929 y se extendía durante casi novecientas páginas con un cuerpo de letra cada vez más reducido, con las notas al pie compuestas en páginas de triples columnas y texto muy compacto. El segundo volumen sigue el mismo formato, pero es incluso más largo. Casi un millón de palabras integraban el primer volumen, mientras que las casi mil doscientas páginas del segundo contienen bastantes más de un millón.
La investigación es exhaustiva. Kotkin parece haber consultado todos y cada uno de los documentos disponibles y ha examinado todo lo que escribió Stalin que se ha conservado, así como todo aquello que está documentado que dijera. También ha estudiado lo que Stalin leyó, e incluso lo que subrayó con lápices azul, rojo y verde en documentos de Estado. El empleo de la literatura secundaria es muy abundante, aunque no exhaustivo. En algún sitio hay que poner el límite.