Impostura y realidad
«Belano y Lima no eran revolucionarios. No eran escritores. A veces escribían poesía, pero tampoco creo que fueran poetas. Eran vendedores de droga.» Éstas son las lúcidas palabras de Alfonso Pérez Camargo (pág. 328), personaje insignificante de los muchos que desfilan por las páginas de Los detectives salvajes, la novela ganadora del último Premio Herralde. Con ellas se confirma una de las pistas –intuida desde el mismo principio de la obra– más sólidas que puede llegar a poseer el atribulado lector a la hora de asentar y asumir esta historia, tan densa como múltiple: la fuerza de la apariencia y la importancia del punto de vista, entre otros elementos claves. Historia narrativa, no se olvide, trenzada a su vez con