
Cuatro días que cambiaron España
Este imponente y meticuloso estudio se ocupa de los primeros cuatro días de la Guerra Civil. Se centra principalmente en los oficiales de alto rango: los rebeldes Francisco Franco, Emilio Mola, Miguel Cabanellas, Gonzalo Queipo de Llano, Manuel Goded, Juan Yagüe, y en los lealistas Domingo Batet y Manuel Romerales. También figuran en él los numerosos oficiales más jóvenes que conspiraron contra el Frente Popular. Y no quedan omitidos el número más reducido que, como Batet, tomaron la decisión de obedecer a la autoridad legalmente constituida. En la primavera de 1936, los incendios de iglesias, la inseguridad de la propiedad privada, centenares de huelgas, los insultos públicos dirigidos a los militares y una violencia política creciente permitieron que los conspiradores se organizaran entre importantes sectores de las fuerzas armadas. En estas circunstancias, la derecha se agrupó más rápidamente que la izquierda y Platón tiene el acierto de reparar en que «no se produjeran agresiones entre grupos de la derecha, mientras que hubo docenas de atentados mortales entre grupos de izquierda, preludio de los enfrentamientos que tendrían lugar en la zona republicana durante la Guerra Civil» (p. 77).