Julián Sauquillo
Este título recuerda intencionadamente las Reflexiones sobre la cuestión judía (1946) de Jean-Paul Sartre. Eribon quiere romper el silencio, alumbrar, una vez más, la identidad alterna de otra minoría sobre la que, también, se endosan los valores más execrables y las más negativas fobias. De forma semejante a la intentada por Sartre, vuelve a darse una exhortación a no ocultarse más y a hacerse visible; repite la llamada a una restitución de los derechos cívicos de una comunidad perseguida. Pero este acto de reconocimiento no es, ahora, sólo sartriano. Aquí, a la reparación de los daños acuden muchas voces muy diversas. Eribon ha destacado por sus biografías y excelentes entrevistas de Foucault, Dumézil y Lévi-Strauss. Ha afrontado un compromiso con
Durante el siglo XIX, en Europa y en Estados Unidos, los pensadores políticos veían clara la diferencia existente entre representación política y democracia. En el viejo continente, liberalismo y democracia eran bien diferenciados, para sorpresa de nuestra habitual referencia a la democracia liberal para definir la actual convivencia política. Para liberales como Mill o Tocqueville, existía gran distancia entre el origen popular de la soberanía democrática y su ejercicio efectivo en la representación política. La representación requiere el voto de todos, pero exige, más decididamente, su ocupación profesional por los más preparados. Para ambos, más allá del gobierno local, la soberanía popular sólo interviene en la elección y control electoral de los representantes. La representación no consistía en la delegación
Wilhelm Reich escribió ¡Escucha hombrecito! (1948) como consejo dedicado al hombre común con objeto de conseguir su liberación sexual. Alguien tan provocador como Reich no podía imaginar que su esfuerzo emancipador fuera a ser interpretado, tiempo más tarde, como parte de una tenaz estrategia de control individual. Así ocurrió cuando Michel Foucault publicó La historia de la sexualidad. La voluntad de saber (1976). Para Foucault, la más temible actuación de control social no se ejerce mediante la represión del sexo, como había supuesto Reich, sino mediante la incitación a expresar, a hablar de los deseos más íntimos. En este sentido, las sesiones de terapia psicoanalítica o la llamada revolucionaria a agruparse en movimientos sociales, en la visión del filósofo francés,
La concepción de la «historia como maestra de la vida» hizo de Roma una fuente constante de experiencias sociales para el futuro. De Tito Livio a Weber, pasando por Maquiavelo, Bodino, Montesquieu o Rousseau, la historia de la teoría política es una nota a pie de página de la historia de Roma. De aquí el interés general de una nueva aproximación a la historia antigua de nuestras propias instituciones jurídico-políticas. Los análisis de los historiadores del Derecho romano vienen priorizando el estudio del Derecho privado sobre las instituciones de Derecho público. Mientras que este libro subraya el valor actual del Derecho público romano. El autor opta por un análisis historiográfico tanto de las fuentes del Derecho romano como de las
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.