Paideia para una sociedad mejor
El problema de los ideales es que nunca se cumplen a gusto de sus promotores. Y eso vale tanto para el socialismo como para el liberalismo democrático. La revolución igualitaria promovida por este último, asociada al nuevo protagonismo de las masas y a la entronización del principio de neutralidad normativa del Estado, no parece haber alcanzado el modelo del individuo autónomo…