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Violencia skin y neonazi 

Los crímenes del odio. Violencia skin y neonazi en España

ESTEBAN IBARRA

Temas de Hoy, Madrid 300 págs.

Diario de un skin. Un topo en el movimiento neonazi español

ANTONIO SALAS

Temas de Hoy, Madrid 247 págs.

Ultrapatriotas. Extrema derecha y nacionalismo en la era de la globalización

XAVIER CASALS MESEGUER

Crítica, Barcelona 486 págs.

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Los albores del siglo XXI parecen ofrecer un escenario uniforme de triunfo de la democracia en Europa. Por primera vez en la Historia, una inmensa mayoría de sus habitantes se sienten sinceramente comprometidos con los valores vinculados a la unificación del continente, al pluralismo político, a la protección social universalizada y a la tolerancia étnica o religiosa. Sería un panorama idílico si la tozuda realidad no planteara problemas acuciantes. Desde los desequilibrios económicos entre los Estados, hasta las tensiones sociales que genera la llegada masiva de inmigrantes de otros ámbitos geográficos, en una época en que el éxito del modelo neoliberal implica cambios fundamentales en las relaciones sociolaborales.

Son estos problemas los que alimentan la existencia en nuestras sociedades de un complejo entramado político e ideológico conocido con distintos nombres: ultraderecha, extrema derecha, derecha radical, neofascismo, neonazismo… Para la opinión pública, todos revisten la condición de sinónimos, aunque tras ellos se encuentren corrientes tan variadas como lo fueron, en su época, las del marxismo. La actividad de esta ultraderecha, nacionalista y xenófoba, violenta en ocasiones, siempre contraria a los valores democráticos, es tema de recurrente preocupación cuando salta a los medios de comunicación: avance de Le Pen en Francia, llegada al poder del FPÖ en Austria y de la Alianza Nacional en Italia, ataques contra los inmigrantes en Alemania… Pero el ruido mediático no llega hasta las causas profundas de un problema que podría condicionar el futuro de Europa si las propuestas radicales de tales grupos calasen en un porcentaje significativo del electorado.

La obsesión que reinó en España con el peligro de la ultraderecha durante la transición ha desaparecido en gran medida, solapada por el problema del nacionalismo radical vasco. Persiste, sin embargo, una preocupación latente ante un fenómeno que no ha desaparecido y que puede rebrotar con fuerza en cuanto las condiciones le sean más favorables. En este contexto, la publicación de ensayos históricos y políticos y de libros- reportajes periodísticos sobre el fenómeno ultra viene a actuar como un despertador de conciencias. En los últimos meses han aparecido en nuestras librerías tres ejemplos de ello, obras muy distintas en su concepción, pero cuya lectura resulta igualmente inquietante y esclarecedora.

El historiador Xavier Casals lleva años dedicado a una rigurosa investigación de la extrema derecha española. Fruto de ello son libros como Neonazis en España (1995) y La tentación neofascista en España (1998). En Ultrapatriotas extiende su campo de análisis al conjunto de Europa para estudiar cómo han evolucionado las diversas corrientes en el último medio siglo, desde los planteamientos de patriotismo nacional y estatalista hasta las formulaciones que defienden una Europa «racial», culturalmente homogeneizada y convertida en una superpotencia mundial.

Quizá la principal dificultad del libro —y uno de sus mayores méritos— resida en el establecimiento de una taxonomía conceptual, que permite al lector navegar en la galaxia de partidos políticos, organizaciones sociales y empeños culturales que definen a la compleja ultraderecha europea. Casals va desgranando la evolución de estos grupos, del qualunquismo y el poujadismo de la posguerra a la Alianza Nacional italiana, el Frente Nacional francés o el Partido Liberal austríaco, sin olvidar aquellos organismos que, como la Joven Europa o el Partido Obrero Europeo, han buscado coordinar las iniciativas nacionales. Una evolución que tiene como ejes la perduración camaleónica de los elementos populistas y nacionalistas y la lucha contra el estigma universal recaído sobre el fascismo tras la Segunda Guerra Mundial.

Los capítulos dedicados a la ultraderecha española están inmersos en este contexto continental, y ello ofrece sugerentes interpretaciones sobre su desarrollo, que superan los límites de la política interior. En este sentido, más que el repaso a la trayectoria de Fuerza Nueva o de los grupos neonazis y falangistas, es novedosa la interpretación que hace Casals de lo que denomina populismo protestatario. Una corriente encarnada por los «partidos de diseño » levantados durante la pasada década por empresarios con problemas judiciales —José María Ruiz Mateos, Mario Conde, Jesús Gil—, quienes buscaron mejorar su situación personal mediante un discurso populista de regeneración nacional basado en los valores del fundamentalismo neoliberal, que les erigía en «portavoces del pueblo» frente a los políticos profesionales, encarnación de la corrupción y la ineficacia del sistema vigente.

Si el libro de Casals es una obra de carácter académico, a caballo entre la historia y la ciencia política, otra es la naturaleza de Diario de un skin, firmado por Antonio Salas, uno de los best sellers del mercado español en los últimos meses. Tras este seudónimo se encuentra un periodista especializado en reportajes de riesgo, que ha cuajado un relato de lectura apasionante, que sumerge al lector en una continua tensión emocional. Se trata de una obra trabajadísima, incursa en el llamado periodismo de investigación. Y, más en concreto, en la modalidad de «cámara oculta», tan de moda en nuestras televisiones. Una especialidad periodística discutible para muchos, ya que posibilita exhibir ante millones de espectadores acciones y conversaciones que no hubieran tenido lugar si sus protagonistas hubieran sabido que estaban siendo grabados sin su permiso por un periodista. Los defensores de la cámara oculta alegan que es, precisamente, esta clandestinidad la que permite sacar a la luz actos inmorales o delictivos, y extraer de ello una beneficiosa pedagogía social.

El libro aborda un universo de «cabezas rapadas» más complejo de lo que a primera vista pudiera parecer. Coexisten en él elementos de compañerismo e identificación grupal y ritos de iniciación propios de los adolescentes, un rechazo frontal a la democracia, adhesión a filosofías neopaganas y admiración ilimitada por Hitler y su Tercer Reich, un racismo cada vez menos teórico, alimentado por el incremento de la población inmigrante, etc. Los aspectos más irracionales y primarios del totalitarismo conviven con el uso de modernas tecnologías: la obra revela la importancia creciente de Internet en la propagación de la ideología neonazi y la capacidad de comunicación y proselitismo que ofrece a sus adeptos la multiplicación de chats y páginas web. La relación de publicaciones, editoriales, grupos musicales, peñas deportivas y locales de diversión que configuran este ámbito ideológico es impresionante, como también lo es la descripción del mundo aparte en el que viven las skingirls.

Los libros de formato periodístico sobre temas de actualidad política son, generalmente, de consumo inmediato. La ausencia de reflexión teórica y de aparato crítico o la recreación de diálogos y situaciones de las que el autor no ha sido testigo, les suelen restar credibilidad ante el mundo académico. En este sentido, la obra de Salas se sitúa por encima de la media. Está latente en ella la preocupación por descifrar ese fenómeno tan crucial que se denominó la «psicología de masas del fascismo» y su relación con la violencia y otros modos de actuar de los skins. Con todas las reservas necesarias, la grabación con cámara oculta aporta verosimilitud a los diálogos y la participación del autor en los hechos que narra le convierte en un convincente testigo de cargo. En cualquier caso, es un libro de lectura necesaria, que nos recuerda lo cerca que se mueve del abismo totalitario una sociedad que se cree segura en la pervivencia de los valores democráticos no hace tanto tiempo consolidados.

La obra de Esteban Ibarra, Los crímenes del odio, se mueve también entre el testimonio personal y el documento informativo sobre el fenómeno skin. Curtido en la lucha por los derechos humanos a través de la dirección de una ONG, el abogado Ibarra ha sabido canalizar como pocos su presencia puntual en los medios de comunicación para denunciar las actuaciones violentas y xenófobas de la ultraderecha y una pretendida pasividad de las instituciones democráticas ante estos hechos. El libro se inscribe en esta estrategia, a la que no es ajena una inteligente autopromoción del autor que muchos considerarán excesiva, pero que actúa como eficaz foco de atención de la conciencia ciudadana. El texto se desenvuelve entre el recurso a la documentación recogida de los medios de comunicación, las vivencias personales del autor y las actuaciones judiciales del propio Ibarra y de su Movimiento contra la Intolerancia, para denunciar los reiterados episodios de violencia racista que se suceden en la España democrática. Desde una óptica distinta viene, pues, a complementar los trabajos de Casals y de Salas, al ofrecernos una estremecedora visión de lo que es, si no se le pone pronto remedio, uno de los más inquietantes peligros que acechan en el futuro de la sociedad española.

Julio Gil Pecharromán es profesor de Historia Contemporánea en la UNED. Entre sus últimos libros publicados destaca la biografía de José Antonio Primo de Rivera.

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Ficha técnica

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