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La cultura del pensamiento económico

Grandes economistas

CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN

Pirámide, Madrid, 1998

416 págs.

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La pobreza y superficialidad de las ideas económicas que circulan en algunos medios de difusión y los ambientes políticos, no deberían llamar al desaliento. Aunque minoritario, el avance de la ciencia económica en nuestro país ha sentado las bases de una visión analítica, sobre las cuales la teoría económica se abre paso poco a poco. Este progreso no hubiese sido posible sin el reconocimiento de la larga tradición y la enorme riqueza intelectual, una tradición analítica de al menos dos siglos, sobre la que se sustenta la teoría económica actual. Esta herencia es hermosamente celebrada en el libro del profesor Carlos Rodríguez Braun, Grandes economistas. El estudio recoge textos seleccionados de diez grandes autores, desde Smith a Keynes, acompañados de excelentes introducciones explicativas sobre cada uno de ellos. Se trata de cuatro clásicos, cuatro neoclásicos y dos heterodoxos. De La riqueza de las naciones se destaca el papel que Smith asigna al trabajo, y su división, en la generación de riqueza, pero sobre todo los aspectos de economía política que hacen de la obra del sabio escocés un libro ameno y actual. A pesar de la mucho mayor dificultad de leer a David Ricardo, Rodríguez Braun ha seleccionado pasajes fundamentales de los Principios relativos a las aportaciones ricardianas básicas: la teoría del valor, la renta, el comercio exterior y la maquinaria. Además del conocido principio sobre la población del primer Ensayo, la aportación malthusiana se completa con las reflexiones sobre los peligros de una insuficiente demanda efectiva que aparecen en los Principios de economía política. La capacidad analítica y las inclinaciones políticas de John Stuart Mill son presentadas a través de su conocida distinción entre las leyes de producción y las de distribución, sus pensamientos sobre la propiedad privada, la teoría del valor, el principio de la demanda recíproca en el comercio internacional, los fallos del mercado y la necesidad de la intervención estatal. El pensamiento neoclásico está representado por los textos de Jevons, Menger, Marshall y Walras. De los tres primeros, presenta Rodríguez Braun sobre todo sus aportaciones al concepto de la utilidad marginal y la nueva teoría del valor, y de Léon Walras, los pasajes de sus Elementos de economíapolítica pura en los que el economista matemático francés aborda el equilibrio general en el intercambio y la producción. La teoría del valor de Karl Marx se presenta con los capítulos cuarto y quinto del volumen primero de El capital en los que se desarrolla el concepto de la plusvalía, y la visión marxista del proceso histórico aparece en el capítulo vigésimo cuarto con el «proceso de acumulación primitiva». Finalmente, otro heterodoxo, John Maynard Keynes, cierra la lista. De él se presentan tres partes fundamentales de la Teoría general del empleo, el interés y el dinero. Primero, la exposición de las proposiciones «clásicas» y su fallos; segundo, el famoso capítulo doce en el que Keynes explica el papel de lo irracional en la formación de las expectativas de inversión a largo plazo, y la necesidad por lo tanto de la intervención correctora del Estado (libre de estas influencias); y en tercer lugar, el capítulo final sobre sus propuestas políticas.

Los textos seleccionados por el profesor Rodríguez Braun son no sólo un excelente compendio de una larga tradición intelectual rica y diversa, sino que tienen también la habilidad de mostrar varios hilos conductores de toda la historia de la teoría económica. La preocupación por el valor, por ejemplo, queda patente en los textos de Smith, Ricardo, Mill y Marx, y en la exposición del quiebro dado por Jevons, Menger y Marshall con la introducción del concepto de utilidad marginal decreciente. Queda también clara la continuidad en la preocupación por problemas como la desigualdad, el pauperismo y los efectos adversos de la industrialización. El papel del Estado como corrector de fallos del mercado queda también patente como una de las necesidades destacadas no sólo por Mill, sino desde el propio Smith en adelante incluyendo a los marginalistas. La tradición pesimista sobre el futuro del crecimiento introducida por Ricardo y Malthus, o la tendencia hacia la modelización abstracta y la formalización matemática, son asimismo perfiles claros en la secuencia de los pasajes seleccionados. No es uno de menores méritos del libro poner también de manifiesto el doble frente de avance de la teoría: por una parte, la continuidad en la construcción pieza a pieza de muchos de los paradigmas de la teoría económica y de su perfeccionamiento, como por ejemplo la teoría de las ventajas absoluta y relativa de Smith y Ricardo, o el desarrollo de la idea de función de demanda desde el ingeniero Fleeming Jenkin a Jevons y Marshall. Por otra parte, el proceso de aparición de «anomalías» que pone fin a los paradigmas predominantes, como en la teoría clásica del valor o el crecimiento intervenido de Keynes.

Sin embargo, el libro de Carlos Rodríguez Braun no es sólo una selección de textos. Casi un tercio de sus páginas está dedicado a un análisis de los autores, su contexto y contribuciones. A pesar de que el énfasis es sobre el desarrollo de la teoría, las circunstancias de los autores, sus inclinaciones políticas y filosóficas, su procedencia social y familiar, y la situación histórica en la que escribieron son facetas todas que ayudan a entender su legado. Desde el nacimiento de Smith (1723) hasta la muerte de Keynes (1946) hay dos siglos largos de continuidad acrecentada muchas veces por las conexiones personales: David Hume, íntimo amigo de Smith, era amigo también de Daniel Malthus, padre de Thomas, y éste estaba ligado, como se sabe, por una estrecha camaradería con Ricardo, cuyo amigo James Mill tuvo por hijo a John Stuart. Éste no llegó a conocer a la figura más destacada del marginalismo, pero Alfred Marshall fue profesor después de los dos Keynes. Las introducciones de Rodríguez Braun a cada autor destacan también el impacto sobre su personalidad y orientación intelectual de las relaciones familiares: el apego de Smith a su madre, la influencia, no siempre positiva, de personajes como James Mill, Daniel Malthus, Auguste Walras, William Marshall o Neville Keynes sobre sus hijos, y la relación de éstos con sus esposas, especialmente la de John Stuart Mill con Harriet Taylor y la de Alfred Marshall con Mary Paley. Aspectos poco conocidos de los autores clásicos –las contradicciones, por ejemplo, de un Smith funcionario de aduanas o un Ricardo terrateniente– se combinan en el libro con facetas importantes de su trabajo, como la investigación solitaria de William Stanley Jevons, o la germinación de una escuela como en los casos de Menger y Marshall.

Cada autor es estudiado en el contexto de las ideas filosóficas que les influyeron, pero la introducción crítica a los personajes tampoco está exenta de humor (véanse los comentarios sobre la mansión dejada en herencia por Ricardo, o sobre las habilidades de Jevons como nadador) y contenido humano, y esto hace de este ensayo una auténtica reconstrucción del pensamiento económico en su contexto intelectual y personal. Ahora bien, es precisamente por esto por lo que el lector desearía un estudio más amplio. Si bien es verdad que en el análisis de cada autor se menciona el impacto posterior de sus ideas sobre otros economistas –como por ejemplo las páginas dedicadas a Menger como fundador de la Escuela de Viena–, lo cierto es que el lector echa de menos la presencia en el libro de otros grandes autores. ¿Por qué ocuparse de diez y no de doce? Algunos de los que tuvieron una clara (aunque no necesariamente buena) influencia sobre el pensamiento español, como los historicistas alemanes, por ejemplo, deberían de ser incluidos también en este excelente trabajo. En cualquier caso, el libro de Carlos Rodríguez Braun es un brillante ensayo que no defraudará las expectativas de estudiosos –y estudiantes, pues se trata también de una utilísima guía pedagógica– que se quieran acercar a la historia del pensamiento económico a través de sus fuentes originales.

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