Cuarenta años después
La Historia se puede contar de muchas maneras y en estos tiempos que corren, tan proclives a promocionar novedades de cualquier signo, los historiadores, para no ser menos, se han afanado en presentar la materia de sus investigaciones de las maneras más innovadoras, ya fuera en el contenido, la perspectiva o la simple exposición. Uno de los recursos más añejos y al tiempo más fructíferos ha sido ——y sigue siendo— la fragmentación de la Historia en las múltiples historias que la integran, con la pretensión de que esas múltiples piezas puedan luego ensamblarse como en inmenso puzzle, dando como resultado una imagen o composición con sentido.