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Rilke

Rilke en Toledo

RAINER MARIA RILKE

Trotta, Madrid, 1997

118 págs.

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A lo largo de la vida se publicó por primera vez en Stuttgart en 1898, formando un pequeño volumen con sus once «relatos y apuntes», escritos entre 1893 y 1897, algunos ya publicados en revistas y periódicos; el autor, nacido en diciembre de 1875, tenía poco más de diecisiete años cuando vio impreso su primer relato en abril de 1893 en un periódico de Praga, Pluma y espada; era la época de su relación amorosa con Valerie von David-Rhonfeld (Vally), musa y estímulo de su despegue literario. De entonces data «El niño Jesús», el más antiguo de los incluidos en el libro que comentamos. Época también del final de su bachillerato y del inicio de sus estudios en la Universidad Carlos-Fernando, de lengua alemana, en Praga, así como de la aparición de sus primeros libros de poemas: Vida y canciones (1894), Ofrenda a los lares (1895) y Coronado de sueños (1896). Se trata, en suma, de la etapa de formación del escritor, en el umbral de un acontecimiento vital (ya que no generacional): el encuentro con Lou Andreas-Salomé, en Múnich, en mayo de 1897.

En paralelo sincrónico con una fecha clave del Modernismo hispánico, Rilke, estimulado por Lou, publica en 1898 A lo largo de la vida. Sin presente y Adviento; escribe la narración autobiográfica Ewald Tragy; se relaciona con los grandes poetas simbolistas Stefan George y Hugo von Hofmannsthal y con el pintor Heinrich Vogeler; y planea el viaje a Rusia, en compañía de Lou, que inspiraría su primera obra de madurez, El libro de horas.

Se trata, pues, de los años de aprendizaje del autor. El volumen despertó poca resonancia: sólo una reseña en un periódico de Viena, por Jacob Wassermann. Rilke mismo lo valoraba poco, al igual que el resto de su producción temprana: excepto las Historias del buen Dios (1900 y 1904), no quiso, al final de su vida, que se incluyera en la edición de Obras de 1927.

Sin embargo, hoy nos interesa como muestra de la evolución de su creatividad. Porque ya en aquella etapa inicial dominan los temas clave de la obra rilkiana: el amor imposible o frustrado, la muerte, el desamparo de la infancia, la soledad del artista. Por ejemplo, en «La fiesta familiar», el joven narrador satiriza el convencionalismo u oquedad de ciertas reuniones, con un trasfondo autobiográfico, iniciando un distanciamiento frente a los padres que seguirá exponiendo en obras posteriores como Ewald Tragy y Malte. En «El secreto» continúa su crítica del cristianismo falsificado; «El día de la muerte» se ceba en esa despersonalización que hace estériles hasta los últimos momentos; «Ancianos» y «Dicha blanca» insisten en la oposición a la sociedad de su tiempo.

«La huida» interesa por preludiar el concepto rilkiano del «amor intransitivo»: el joven huye de su tan decidida novia por miedo a perder su futuro profesional (algo parecido ocurre en «Kismet»). Otros motivos para eludir el compromiso amoroso van apareciendo en la obra –y en la vida– de Rilke: la enfermedad, el arte… En Los apuntes de Malte Laurids Brigge (1910) desarrollará una sutil y paradójica doctrina del amor no posesivo.

«El niño Jesús», escrito a los diecisiete años, inicia la dilatada cadena de relatos y poemas sobre el desamparo de la infancia –con evidente raíz autobiográfica–. Más en concreto, « Todas en una», y «Unidos», se remiten, en el fondo, al ansia insatisfecha de amor maternal que padeció Rilke; los personajes Werner y Gerhard coincidirán, en la obra posterior, con Ewald y Malte. En conjunto, a pesar de la inmadurez de los once relatos reunidos en A lolargo de la vida, su interés para el conocimiento global de la trayectoria rilkiana es indudable. Por ello resulta muy oportuna la presente edición, en traducción funcional y sobria de Anton Dieterich.

Muy interesante también, en esta línea de recuperación de textos menores de Rilke (potenciada, sin duda, por haber caducado, a los setenta años de su muerte en 1926, sus derechos de autor) es la presentación y traducción del francés de Elamor de Magdalena, sermón anónimo francés del siglo XVII, descubierto por Rilke en un anticuario, en París, en 1911. El poeta se entusiasmó de tal manera con este texto, atribuible a Bossuet, que se dedicó a traducirlo. El público hispánico dispone ahora, gracias a la presentación y versión castellana de Nicole d'Amonville Alegría, en el pulcro tomito de la editorial Herder, del original francés y la versión alemana de Rilke, en un estilo ya muy personal. Dos estímulos le movieron a esta traducción. En primer lugar, su estado de indecisión creadora, después del esfuerzo agotador de Los apuntes de Malte Laurids Brigge (1910) y la búsqueda de un nuevo estilo, tras la brillantez cuasi parnasiana de los Nuevos poemas (1907 y 1908). Además, la profunda sugestión que ejerce en él la figura de María de Magdala, con su acercamiento amoroso a Jesucristo, culminado en la escena (tan tratada en las artes plásticas) del «noli me tangere». En suma: una figura clave (junto a la monja portuguesa Mariana Alcoforado y a la poetisa renacentista francesa Louise Labé) para ejemplificar el peculiarísimo concepto rilkiano del amor «intransitivo» de las amantes no correspondidas, fieles al fluir de su propio sentimiento.

La tercera obra que reseñamos es la de Antonio Pedrón, Rilke en Toledo. En la estela de Rilke y España, del suizo Jean Gebser, amigo de Luis Cernuda (que estaba a punto de publicarse en 1936, en las «Ediciones del árbol», de la revista Cruzy Raya, cuando se desencadenó la guerra civil, y que aparecería en alemán, en Zurich, en 1940 y 1946); de España en Rilke, de Jaime Ferreiro Alemparte (Madrid, Taurus, 1966); y de Rilke in Spanien, de Eva Söllner (Frankfurt, Insel, 1993), resulta un complemento de esos tres precursores y de otros estudios y biografías, que va a ser de gran interés para el lector hispánico no especializado. En cuanto a la forma, por la calidad técnica y estética de la edición de Trotta, con ilustraciones muy selectas, que potencian el placer de la lectura y facilitan la comprensión de las vivencias rilkianas. En el contenido, porque Antonio Pau Pedrón ha logrado armonizar la amenidad del estilo con una adecuada documentación. Conduce al lector por los itinerarios toledanos del atormentado poeta y acierta a sumergirle, desde ellos, en muchos de los temas clave de su cosmovisión: desde el despertar de la pasión de Rilke por Toledo y El Greco, a través de premoniciones, libros y amistades (Zuloaga…), pasando por una sintética presentación de su crisis a partir de 1910 (Los apuntes de Malte L. B.), hasta sus singulares teorías sobre el amor, los ángeles, los puentes, etc., y la dolorosa gestación de las Elegías aDuino (1912-1922).

En suma, un nuevo y acertado estímulo para el mejor conocimiento de Rilke en el ámbito hispánico.

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Ficha técnica

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