Buscar

El día que desapareció tía Marga

El día que desapareció tía Marga

PAUL MAAR

El Barco de Vapor, SM, Madrid, 1996.

ILUSTRACIONES DE RAÚL

image_pdfCrear PDF de este artículo.

La prestigiosa colección «El Barco de Vapor», de la Editorial SM, cumple quince años de travesía. Una navegación que ha contribuido como pocas a abrir nuevas rutas en las siempre difíciles aguas de la literatura infantil y juvenil. La colección comenzó en 1981 y bajo su sello han aparecido más de 325 títulos, con los que se han iniciado a la lectura muchos de los niños de los últimos años. Para celebrar este acontecimiento, SM edita en el número 100 de la serie naranja una antología de 31 relatos breves de autores españoles, bajo el título Un barco cargado de… cuentos. Es buen momento para recomendar cualquiera de esos 325 títulos, pero sirva como muestra uno de los últimos editados, El día que desapareció tía Marga, del escritor alemán Paul Maar, un autor que ya ha merecido importantes premios como el Austriaco de Literatura Infantil y Juvenil o el Premio de la Academia Alemana por el conjunto de su obra. En este libro, de breve e intensa lectura, reúne cuatro relatos con los que conseguirá arrancar más de una sonrisa a sus lectores. Un peculiar televisor que llega a casa por error, un maniático de las mil rayas, un trabajador de puntualidad ejemplar y una casa tomada por los electrodomésticos protagonizan estas historias cuyo denominador común es la realidad trastocada. Una leve dosis de surrealismo, con la que lo cotidiano se ve alterado por lo inverosímil, pero cuyos resultados funcionan dentro de una lógica aparente, para mostrarnos esa realidad desde otros puntos de vista. Son historias que parecen sencillas, pero que consiguen una reflexión de más largo alcance sobre los «beneficios» de la televisión, el peligro de llevar nuestras manías a sus últimas consecuencias, las «ventajas» de llegar tarde o la locura de los «artefactos» con los que hemos rodeado nuestras vidas. Una mirada irónica, en la que la moraleja no es la previsible y donde la realidad nos muestra unos perfiles que, no por descabellados o absurdos, son menos ilustrativos de nuestro tiempo.

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Ficha técnica

2 '
0

Compartir

También de interés.

La responsabilidad del «viajero»


Una larga paciencia: las cartas de Zenobia y Juan Ramón

A la Residencia de Estudiantes debemos la paulatina edición de la correspondencia de Juan…