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El proceso independentista como género literario

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Desde el inicio del procés secesionista catalán se han publicado decenas de libros que constituyen un auténtico género literario. En el interior de esta tupida selva editorial convendrá establecer ciertos criterios de orden, tanto por lo que respecta al subgénero literario en que se inscriben como en lo relativo a la posición de sus autores, favorables o contrarios a la independencia de Cataluña. Todo ello sin la más mínima intención de exhaustividad, dado el carácter oceánico de este nuevo género literario.

Las crónicas periodísticas

En este apartado se inscriben una serie de obras, firmadas por periodistas, cuyo objetivo es realizar una exposición de los principales acontecimientos que han jalonado el proceso soberanista, sobre cuya fecha de inicio existen diferentes criterios. Algunos sitúan el arranque del procés en las oleadas de consultas soberanistas que empezaron en septiembre de 2007 en Arenys de Munt (Barcelona) y que durante año y medio se celebraron por oleadas en los municipios de Cataluña. Una movilización en la que participaron unas setecientas mil personas y de cuya organización surgió la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), que se constituyó en mayo de 2012 y que integra uno de los principales actores del procés, a mitad de camino entre el lobby cívico de presión y un aparato paragubernamental. Otros lo sitúan en la gran manifestación del 20 de junio de 2010 de rechazo a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. También para algunos, el procés empieza tras el fracaso de la propuesta de pacto fiscal que Artur Mas planteó a Mariano Rajoy (20 de septiembre de 2012). Aunque la mayoría lo sitúan en la masiva manifestación de la Diada de 2012, que reunió a una enorme multitud en Barcelona bajo el lema «Catalunya nou Estat d’Europa».

Desde una perspectiva independentista, el periodista Oriol March, miembro del equipo fundacional del diario Ara y redactor de la sección de política de NacióDigital, publicó Los entresijos del ‘procés’. Se trata de una crónica centrada cronológicamente en el tramo final del procés, desde las elecciones autonómicas de octubre de 2015 a las de diciembre de 2017, convocadas por Mariano Rajoy bajo el paraguas del artículo 155 de la Constitución. La obra trata con especial detalle los acometimientos que se sucedieron vertiginosamente de septiembre a diciembre de 2017. A pesar de sus esfuerzos de objetividad, no puede evitar traslucir sus simpatías por el independentismo. Acaso la parte más interesante del libro sea el capítulo segundo, titulado «En busca de un encaje legal», donde se señala a los «arquitectos» y los procedimientos «legales» para alcanzar la independencia de la «ley a la ley» según el guion de la denominada «transición nacional».

Josep Martí Blanch, periodista y secretario de Comunicación del Govern de Catalunya entre 2010 y 2016, firma Cómo ganamos el proceso y perdimos la República. Una crónica de la crisis de Estado desde dentro y desde fuera. El autor, también de enraizadas convicciones independentistas, entrelaza el relato periodístico, que arranca en las elecciones autonómicas de 2015, con una valoración crítica del movimiento independentista, que sintetiza en los capítulos finales, donde destaca los activos y pasivos del movimiento secesionista. En el primer apartado apunta a cuatro factores: «Cataluña es ya definitivamente un sujeto político internacional»; por primera vez el catalanismo ha centrado sus objetivos en el «Estado propio»; se ha modificado la relación institucional entre el catalanismo y el Estado español; finalmente los españoles han sido conscientes de que el Estado puede romperse. El segundo ámbito indica los efectos negativos de la competencia entre los partidos independentistas para alzarse con la hegemonía; la falta de confianza de los dirigentes del procés en la firmeza de las convicciones de su base social, que les ha abocado al «ahora o nunca» o al «tenemos prisa»; la externalización de la toma de decisiones de los actores políticos a la ANC o a Òmnium Cultural y, el más importante, la falta de legitimidad democrática para iniciar la ruta unilateral sin disponer del 50% de los votos, así como creer que en el 1 de octubre hubo un referéndum como tal, del cual se deriva un «mandato democrático». Asimismo señala el rechazo global de la Transición, que ha conducido a un radicalismo contrario al posibilismo. En definitiva, el independentismo tiene que madurar y entender que su proyecto político es una lucha por el poder y abandonar la emotividad estéril.

La directora adjunta de La Vanguardia, Lola García, publicó El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista. Una minuciosa y muy documenta crónica que arranca en mayo del 2012, cuando el movimiento del 15-M asedió el Parlament de Catalunya para impedir la tramitación de los presupuestos de los recortes sociales y obligó al president Artur Mas a acudir en helicóptero a la cámara legislativa. La autora considera que el viaje a Ítaca ha acabado en un naufragio, sin independencia, con la intervención de la autonomía y con un proceso judicial que ha conducido a la prisión o a la fuga de los dirigentes del procés. Las elecciones del 21 de diciembre mostraron que el conflicto persiste con un crecimiento espectacular de Ciudadanos, pero sin que se hundan los partidos independentistas, aunque se estancan en torno al 48% de los votos. El movimiento independentista no supo evaluar ni la resistencia de las estructuras del Estado español, ni la desfavorable coyuntura europea después del Brexit. Tampoco ahorra críticas, muy semejantes a las formuladas por March y Martí, a los graves errores cometidos por Mariano Rajoy, que se inhibió ante el conflicto y pensó que se trataba de un suflé que bajaría con la recuperación económica.

A mitad de camino entre la crónica periodística y el ensayo se halla el libro del periodista Guillem Martínez, La gran ilusión. Mito y realidad en el proceso indepe, sumamente crítico con el procés, aunque no desde una óptica españolista. La primera parte de la obra es una síntesis de la historia de Cataluña, en lenguaje coloquial e irónico (marca de la casa del autor), que sirve como telón de fondo para contextualizar los acontecimientos del procés. En la segunda parte, argumenta que el proceso soberanista resulta una estrategia propagandística para prolongar la vida de la elite política catalana, sin avanzar hacia la independencia de Cataluña. El autor no cree que el procés sea «el fenómeno de ruptura, imparable, desafiante e histórico» que defienden los partidos secesionistas y los medios de comunicación afines. En su opinión, se trata de un proceso gubernamental «improvisado», sin una auténtica voluntad de ruptura con el Estado y plagado de eufemismos como el «derecho a decidir». La «crisis de régimen del 78» se ha manifestado en movimientos de protesta como el 15-M o las movilizaciones independentistas, que fueron instrumentalizadas en 2012 por el Govern con fines electoralistas, pues la corrupción y los recortes habrían comportado el hundimiento de Convergència. Las declaraciones de soberanía del Parlament, los informes del Consejo Asesor para la Transición Nacional o la consulta del 9-N de 2014, definidas por los medios independentistas como «días históricos», no han provocado efecto alguno. «El procesismo no es independentismo, sino la prolongación del catalanismo en el siglo xxi» y considera que la retórica procesista puede alargarse durante décadas. A su juicio, el procés conducirá a un pacto fiscal y a algún tipo de reconocimiento de la nación catalana en la Constitución española.

El movimiento independentista no supo evaluar ni la resistencia de las estructuras del Estado español, ni la desfavorable coyuntura europea después del Brexit

Lluís Bassets, director adjunto de la edición catalana de El País, publicó Lecciones españolas. Siete enseñanzas políticas de la secesión catalana y la crisis de la España Constitucional (2012-2016). Es una obra a mitad de camino entre la crónica periodista y el ensayo político que destaca por su lucidez y por la defensa de un catalanismo progresista, sumamente crítico con el procés, y partidario de una reforma federal de la Constitución. Así se acabaría con la anomalía que supuso que el Tribunal Constitucional modificara el Estatut d’Autonomia aprobado por el Parlament, Congreso y Senado, y refrendado por la ciudadanía de Cataluña. El libro se estructura en siete partes o lecciones. En la primera, de la Diada de 2012 a las elecciones catalanas del 27 de noviembre del mismo año, se extrae la lección de que «no hay plazo que no se cumpla y deuda que no se pague». En la segunda, del 27 de noviembre de 2012 al rechazo de las competencias de las Cortes españolas a la transferencia a la Generalitat para convocar referendos el 8 de abril de 2014, se aprende que «los hombres hacen historia, pero no saben la historia que hacen»; en la tercera lección, del 8 de abril al proceso participativo del 9 de noviembre de 2014, se afirma que «no hay acontecimientos inevitables, inscritos en los actos». La cuarta enseñanza, de las urnas del 9 de noviembre, cuando Artur Mas desafió al Estado, hasta las elecciones «plebiscitarias» del 27 de septiembre de 2015, radica en que «de poco sirve la astucia cuando no se tiene fuerza ni fortuna». La quinta lección, desde las «plebiscitarias» a la investidura de Carles Puigdemont por el veto de la CUP a Artur Mas el 10 de enero de 2016, es que «mejor que un hombre muera por un pueblo, antes que un pueblo entero muera por un hombre». El sexto aprendizaje, de la investidura de Puigdemont a la moción de confianza del 29 de septiembre de 2016, cuando el president de la Generalitat volvió a la pantalla pasada del referéndum de autodeterminación, es que «nada conduce con tanta seguridad a la derrota como una ambición irrealista y sin freno». Finalmente, la séptima lección, sobre el período que precedió al referéndum del 1 de octubre, pivota sobre la reflexión de «España de todos y hecha por todos o no será». Bassets ha prolongado este trabajo con el libro La rebelión interminable. El año de la secesión catalana, donde se ocupa de modo detallado y reflexivo del último y decisivo tramo del proceso soberanista.

Mención especial merece la obra de Sandrine Morel, En el huracán catalán. Una mirada privilegiada al laberinto del procés. La corresponsal del influyente rotativo francés Le Monde en España desde el año 2010 nos ofrece una visión del conflicto, desde una óptica no contaminada por las pasiones partidistas e identitarias ibéricas. La crónica arranca en la gran manifestación de la Diada del 2012 y concluye con las consecuencias de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). La autora esboza un retrato nada agradable del movimiento secesionista: particularmente, las presiones de los dirigentes independentistas y las coacciones desde las redes sociales a los corresponsales extranjeros (como denunciaron Reporteros sin Fronteras el 16 de octubre de 2017) y a las listas negras de periodistas no afectos que elaboró el jefe de prensa de un conseller cuyo nombre no cita. El control de la Generalitat sobre los medios de comunicación privados se expresa crudamente en la conversación que sostuvo con un director de comunicación del PDeCat: «Si compramos dos páginas de publicidad en Le Monde, escribirás lo que tus jefes digan… Al ver mi indignación, me responde avergonzado: Bueno, así funcionan las cosas aquí». La crítica se extiende a la «propaganda nacionalista» de los medios de comunicación públicos catalanes (TV3 y Catalunya Ràdio) que «va mucho más allá de los informativos, para ocupar multitud de debates y programas de entretenimiento, por no hablar de los documentales que presentan el independentismo como un combate heroico». Una crítica que también se ejerce sobre Radiotelevisión Española, pero con una diferencia: mientras que los periodistas de la cadena pública española han emitido durísimas críticas sobre el control político del PP, nada de esto ocurre con los profesionales de TV3.

Asimismo, Morel muestra la otra cara de las masivas Diadas que comenzaron con el conocido lema de «la revolución de las sonrisas» hasta derivar en un «odio desacomplejado» hacia todo lo español, con expresiones que «rozaban la xenofobia» contra los extremeños y andaluces: «a medida que la situación se iba tensando, este tipo de discurso se pronunciaba con más frecuencia». Todo ello, además, ilustrado con las imágenes poco edificantes de niños envueltos en la estelada. La periodista francesa no comparte ni las reivindicaciones ni el discurso independentista: «Cataluña no es una colonia. Los catalanes no están oprimidos. Su renta per cápita es superior a la europea. Es una de las comunidades autónomas más ricas de España. Hace ya tiempo que el catalán dejó de estar perseguido: de hecho, se ha impuesto como principal lengua vehicular. Cataluña goza de una amplia autonomía política –con competencias sobre la salud, la educación, la cultura, la justicia, la policía y las cárceles–, aunque no sea absoluta». La huida hacia delante de los independentistas ha roto la confianza entre las instituciones estatales y la Generalitat y «ha fracturado la sociedad catalana en torno a una cuestión íntima que se planteado de manera populista en el ámbito de la política: la identidad».

Testimonios políticos

Entre la rica literatura relativa al procés, hallamos una serie de obras escritas por sus protagonistas políticos, a mitad de camino entre la crónica periodística y el ensayo, pero con un mirada interior a los acontecimientos. Por ejemplo, Empantanados. Una alternativa federal al sóviet carlista, de Joan Coscubiela, sindicalista y portavoz de los Comunes en la cámara catalana entre 2015 y 2017. El libro se estructura en tres partes. La primera es una crónica comentada de los convulsos acontecimientos de la pasada legislatura catalana que culminaron con la Declaración Unilateral de Independencia y la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. En el texto se trasluce la amargura por la falta de apoyo a su grupo parlamentario de Barcelona en Comú y particularmente de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Critica con dureza los procedimientos antidemocráticos del bloque independentista, forzando el reglamento de la Cámara, desoyendo las advertencias de los letrados del Parlament y del Consell de Garanties Estatutaris y «pisoteando» los derechos de los diputados de la oposición en las jornadas del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron las leyes del referéndum y transitoriedad, y del 27 de octubre, cuando se proclamó la independencia. El autor crítica el «tacticismo» y la ausencia de un proyecto estratégico de la izquierda catalana frente al desafío independentista, así como la hoja de ruta de los partidos independentistas que condujeron al país a un «callejón sin salida».

El Parlament hace 10 minutos de silencio para pedir la libertad de la expresidenta Carme Forcadell.

En la segunda parte, titulada «Escaneando el independentismo», ensaya un análisis de los factores históricos, políticos e ideológicos para explicar las causas, fortalezas y debilidades del movimiento independentista. El autor señala la gran responsabilidad de los medios de comunicación en la extrema polarización de la sociedad catalana, en la que actuaron como hooligans. De este modo, reparte culpas entre la «división mediática Itaca» de los medios públicos y afines de la Generalitat, y la «división mediática Brunete», al servicio del Partido Popular. A su juicio, el movimiento independentista ha asumido los postulados del nacionalismo conservador de Jordi Pujol, calificado de «neocarlismo». El movimiento independentista levantó enormes expectativas e ilusiones, pero no calibró ni la falta de una mayoría social en Cataluña, ni el poder del Estado español, ni la ausencia de apoyos internacionales. Asimismo, en una suerte de equidistancia, defiende su postura de oposición a la DUI por sus procedimientos antidemocráticos, pero también su rechazo a la aplicación del artículo 155 por considerar que vulnera la Constitución española.

La tercera parte de la obra está dedicada a plantear las opciones para salir del «empantanamiento» de la política y la sociedad catalanas. El autor manifiesta su escepticismo para reconducir esta situación en el corto y medio plazo, de manera que la fractura puede prolongarse durante mucho tiempo. Así, apela a su experiencia como sindicalista: «Cuando no es posible el acuerdo, gestionar el desacuerdo, comprando tiempo, puede ser una buena opción».

Santi Vila, ex-conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat (2012-2016), Cultura (2016-2017) y Empresa y Conocimiento (2017) es el autor del libro De héroes y traidores. El dilema de Cataluña o los diez errores del procés. Una obra en la que, en cierta medida, intenta justificar su trayectoria política, que le condujo de apoyar el referéndum de autodeterminación a dimitir del ejecutivo catalán la víspera de la DUI. Vila se muestra muy dolido por la estigmatización y criminalización a la que se ha visto sometido por no haber querido seguir hasta las últimas consecuencias el despeñadero político que implicaba la DUI por parte de los sectores más «fanatizados» e «hiperventilados» del movimiento independentista, sectores que ahora lo tachan de «traidor». El libro consta de dos partes claramente diferenciadas. En la primera y más extensa, narra, repasa, desde una aproximación memorialística, los últimos años del procés.

En la segunda, expone los cinco errores de Rajoy y los cinco errores del soberanismo y concluye con una propuesta de solución al enquistado conflicto. Los errores de Rajoy son el inmovilismo y la petrificación de la Constitución, la catalonofobia como «un valor seguro», la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, la persecución judicial del 9-N y la concepción centralista de España. Por parte del independentismo, se apunta a la marginación de la política profesional por parte de la ANC, Òmniun Cultural y la Associació de Munipicis per la Independència, el problema de la herencia de Jordi Pujol, la deriva hacia postulados de la izquierda populista, la lectura errónea de los resultados de las elecciones plebiscitarias del 27 de septiembre de 2015, cuando la lista unitaria de Convergència y Esquerra, más la CUP, no superaron la barrera del 50% de los votos, y la cesión ante la CUP, que pidió y obtuvo la cabeza de Artur Mas. Asimismo plantea lo que denomina «ventanas de oportunidad» para que «la moderación sacara ventaja al maximalismo». Esas ventanas hubieran impedido el final desastroso del procés, con la autonomía suspendida y sus líderes en prisión preventiva o huidos de la justicia. La primera se abrió el 27 de septiembre: Artur Mas y Oriol Junqueras habrían debido reconocer que se había perdido el plebiscito, renunciando a seguir adelante. La segunda se dio el 9 de enero de 2016: Mas no tendría que haber cedido a las presiones de la CUP. La tercera, el 5 de octubre del mismo año. Carles Puigdemont, en vez de someterse a la moción de confianza cuando la CUP le tumbó los presupuestos, habría hecho mejor convocando elecciones. La cuarta, el 11 de enero de 2017, cuando se celebró la reunión secreta entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en el Palacio de la Moncloa y Rajoy no se movió un ápice de su inmovilismo. La quinta, el 17 de julio del 2017, cuando se produjo la crisis de gobierno entre PDeCat y ERC, que derivó en la dimisión de tres consellers y el secretario del Gobierno, que Puigdemont hubiera podido aprovechar para dar por acabada la legislatura. La sexta, el 17 de agosto del mismo año, con motivo de los atentados islamistas en Barcelona y Cambrils, que pudo haber servido para tender puentes entre ambos gobiernos. La séptima, la noche del 1 de octubre, cuando Puigdemont pudo aprovechar el éxito del referéndum para convocar elecciones. La octava, el 11 de octubre, cuando el Consejo de Ministros realizó un requerimiento al Gobierno de la Generalitat para confirmar si había declarado la independencia, como paso previo a la aplicación del artículo 155, y Puigdemont se negó a responder con claridad a la pregunta. La novena, el 17 de octubre, cuando ingresaron en prisión Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, pues con la judicialización del conflicto se pierde el control político. La décima, el 26 de octubre, cuando Puigdemont, rompiendo el pacto con el lehendakari Íñigo Urkullu, quien tuvo un papel fundamental en la fallida mediación entre ambos gobiernos, se pliega a las presiones de los radicales y, en vez de convocar elecciones, decide proclamar «simbólicamente» la independencia. Aquí tiene palabras muy duras con la entonces secretaria general de ERC, Marta Rovira, «irascible y fanatizada», cuyos «sollozos, lágrimas y aullidos» tuvieron un peso determinante en la desafortunada decisión de Carles Puigdemont.

Puigdemont, en vez
de someterse a la moción de confianza cuando la CUP
le tumbó los presupuestos, habría hecho mejor convocando elecciones

El libro finaliza con una propuesta de solución, basada en el planteamiento de Íñigo Urkullu. Se trata de un plan en tres fases: la primera, de distensión, donde ninguna parte emprendería acciones unilaterales (ni DIU, ni artículo 155); la segunda, de configuración de un equipo negociador solvente y reconocido por ambas partes y, finalmente, la puesta en marcha del diálogo, la negociación y el acuerdo, todo ello basado en un «nuevo momento fundacional para los catalanes y el conjunto de españoles, en el que todos puedan encontrar su acomodo».

En este ámbito podrían situarse las memorias del político democristiano Josep Antonio Duran i Lleida, El riesgo de la verdad. Memorias de una pasión política desde el final del franquismo al colapso del independentismo, en las que aborda las cuestiones más controvertidas, como las tensiones entre la coalición de Convergència i Unió, los primeros contactos informales con José María Aznar, los casos de corrupción política que salpicaron a Unió y el giro independentista del nacionalismo conservador, que valora en términos sumamente críticos.

Aproximaciones ensayísticas

Otra serie de obras intentan, desde una perspectiva analítica, desentrañar las claves del proceso soberanista. Jordi Amat publicó Largo proceso, amargo sueño. Cultura y política en la Cataluña contemporánea (1937-2014), donde se realiza un periplo por la cultura del catalanismo desde la Guerra Civil hasta nuestros días y se enumeran los pasajes y personajes que convirtieron al nacionalismo en la ideología hegemónica del país. La obra se estructura en tres partes y un epílogo. En la primera parte, «Ocupación ambigua (1939-1947)», se aborda la situación del catalanismo en la primera posguerra, desde el apoyo de Francesc Cambó y la Lliga a Franco, a la reconstrucción del catalanismo católico, a través de la Abadía de Montserrat y las fiestas de entronización de la Virgen de Montserrat en 1947, la primera manifestación del catalanismo católico permitida por el régimen franquista. En la segunda, «Modernidad cauta 1952-1960)», se bucea en la reconstrucción del catalanismo de la mano de Jordi Pujol. En la tercera parte, «Catalanismo progresista (1962-1980)», se indaga en el giro a la izquierda del catalanismo bajo la égida del PSUC y el contraataque pujolista a finales de la década de los setenta. La obra finaliza con un epílogo, «Matar a Cobi», en el que se da razón del hundimiento del catalanismo izquierdista y el aposentamiento de la hegemonía ideológica del catalanismo conservador.

Este notable trabajo puede ser útil para leer mejor el opúsculo del mismo autor, La conjura de los irresponsables, que adopta la forma de una crónica que arranca del fracaso de la operación política de gran envergadura que fue la reforma del Estatut y que desemboca en la crisis institucional más profunda vivida desde la Transición. En el curso de la obra se plasma la atracción del procés por el abismo. Un relato que no permite rectificar la realidad y que supera los problemas acelerándose hasta la catástrofe final, producto de la suma de irresponsabilidades, tanto del gobierno del PP como de los dirigentes del movimiento independentista.

El historiador Jordi Canal firma Con permiso de Kafka. El proceso independentista en Cataluña. La obra se estructura en tres partes y un epílogo. En la primera, «Tiempos de nacionalismo», ofrece las claves históricas para comprender el nacimiento del nacionalismo desde finales del siglo XIX: de la Lliga Regionalista a la Mancomunitat de Prat de la Riba, al Estatut de 1932 y la insurrección del 6 de octubre de 1934, y concluye con la etapa autonómica, liderada por Jordi Pujol, quien dirigió una exitosa política de (re)nacionalización de la sociedad catalana. La segunda parte, «Anatomía del procés», disecciona el proceso secesionista en tres capítulos en los que se combina la perspectiva cronológica (2003-2012, 2012-2015 y 2015-2017) con la temática. De este modo se indagan las causas objetivas (políticas, económicas y culturales) con las subjetivas (miedos, frustraciones, aspiraciones, credos y complejos), pues sólo una argumentación compleja permite comprender un fenómeno complejo. En la tercera parte, «Historias, símbolos y colores de la patria», se centra en los relatos históricos, mitos, tradiciones y símbolos del nacionalismo catalán. Así, se investiga sobre la reescritura en clave nacionalista de la historia y la relación «perversa» entre historia y nacionalismo; también se aborda la transición de la señera a la estelada, la función de los lazos amarillos, los himnos, canciones, danzas y fiestas nacionales, con especial relevancia en la Diada. El epílogo consta de «cinco brevísimas notas» en las que se critica la «realidad paralela» en que se han instalado los líderes independentistas, sin planes ni proyectos, y ocasionando un daño mayúsculo a la sociedad catalana y española. Asimismo se advierte del peligro de enquistamiento entre dos bloques antagónicos en la sociedad catalana, con un diálogo muy difícil y con un trabajo de recomposición monumental. El autor reivindica la figura de Agustí Calvet, Gaziel, para quien «el separatismo es una ilusión morbosa que encubre una absoluta impotencia». En la Cataluña de nuestros días, mantener el sentido común es un «programa auténticamente revolucionario».

Los historiadores Steven Forti, Arnau González y Enric Ucelay-Da Cal son los editores de la obra colectiva El proceso separatista en Cataluña. Análisis de un pasado reciente (2006-2017), que se estructura en dos partes y una conclusión. En la primera, «La crisis de las elites», se aborda el discurso y prácticas políticas del catalanismo en el tránsito del nacionalismo al independentismo instrumental (Cristian Rodríguez Mesa), los procesos de nacionalización de Cataluña entre 1980 y 2015 (Fernando Molina y Alejandro Quiroga), el papel de los medios de comunicación (Arnau González) y la actuación de los sindicatos en el marco del procés (José Manuel Rúa). En la segunda parte, «Respuestas nuevas», se analiza la compleja relación entre el ascenso del independentismo y el cambio generacional (Oriol Bartomeus), las políticas de internacionalización del procés y la producción del discurso sobre la independencia (Paola Lo Cascio), las utopías y populismos nacionalistas en tiempos de crisis (Ángel Duarte), el papel de las entidades soberanistas ANC y Òmnium (Andrew Dowling), las relaciones entre el movimiento de los indignados y el independentismo (Diego Díaz), el auge del radical independentismo de izquierdas de la CUP (Òscar Barberà) y las razones del éxito del anticatalanismo de Ciudadanos (Astrid Barrio). En las conclusiones de la obra, firmadas por los tres editores, redactadas antes de la celebración del referéndum del 1 de octubre, se proyectan los eventuales desarrollos de la política catalana, así como la comparación con otros procesos secesionistas en el marco internacional, como las repúblicas bálticas, la implosión de Yugoslavia y Kosovo, Eslovaquia, Ucrania, Quebec y Escocia.

El historiador Enric Ucelay-Da Cal, en Breve historia del separatismo catalán. Del apego a lo catalán al anhelo de secesión  analiza la historia del separatismo político en Cataluña desde sus orígenes hasta nuestros días. A su juicio, nos hallamos ante una flagrante paradoja: desde su aparición en Barcelona en el invierno de 1918-1919, el separatismo político siempre había sido una fuerza minoritaria. A veces muy influyente, pero por razones que fuera de Cataluña no se entendían. Desde 2011 es un impulso de masas que llena avenidas, calles y plazas, domina la vida parlamentaria, desafía al Estado y a los tribunales y parece recoger apoyos en el extranjero. ¿Cómo se ha producido un cambio tan drástico? ¿Cómo unos grupúsculos que hasta hace poco los politólogos no se dignaban analizar se ha convertido en la fuerza que determina los ritmos de la política no sólo en Cataluña, sino también en España? En esta obra el autor explica analíticamente las causas del nacimiento del separatismo y cómo se desarrolló durante la Segunda República y la Guerra Civil y contra el franquismo. Asimismo explica su transformación y el modo en que los independentistas ejercieron una relativa oposición a la hegemonía de Pujol para subvertir el autonomismo desde dentro.

El sociólogo Josep Maria Antentas ha publicado Espectros de octubre. (Per)turbaciones y paradojas del independentismo catalán. Se trata de una obra estructurada en cinco partes («Contexto y antecedentes», «La crisis de octubre I», «¿Un sol poble?», «La crisis de octubre II» y «Espectros estratégicos») y dividida en 384 epígrafes. El autor parte de la impugnación de llamado «régimen del 78», que no ha conseguido superar el «fracaso histórico» de la construcción nacional española ,que en Cataluña tuvo su expresión con el movimiento del 15-M de 2011 y la gran manifestación independentista de la Diada del 2012, donde se expresaron dos modelos de cambio que ahora han colapsado. El primero, para la construcción de una nueva mayoría en España, y el segundo, para la independencia de Cataluña. Ahora bien, ambos caminos se bifurcaron. El 15-M no asumió las reivindicaciones autodeterministas del movimiento soberanista, y los independentistas no plantearon un proyecto de país que recogiese las demandas sociales de los indignados. De este modo se provocó una disociación entre clase y nación; especialmente cuando, desde el independentismo, se propuso el lema: primero la independencia y luego decidiremos qué modelo de país queremos, separando la soberanía nacional de la soberanía popular. Además, el movimiento secesionista se instaló en un «autoengaño estratégico»  al plantear una desconexión indolora y la falacia de «de la ley a la ley», cuando la independencia, como se ha visto, implicaba un choque frontal con el Estado. Ello sin un plan estratégico y sin preocuparse por tejer alianzas con los sectores no independentistas de Cataluña ni con los sectores en España partidarios de la ruptura con la monarquía constitucional: «La mentira ha coexistido en el “Procés” con el autoengaño, impidiendo con ello la discusión estratégica consistente y el aprendizaje político genuino de los aciertos y los fracasos». En la obra se abordan toda una serie de cuestiones candentes, como la polémica en torno a si Cataluña es un «sol poble», que fue la consigna de la izquierda durante la Transición, la caracterización del lerrouxismo, la relación histórica entre movimiento obrero y nacionalismo, la hegemonía del pujolismo, las guerras lingüísticas, el ascenso de Ciudadanos o el impacto de la inmigración.

El 15-M no asumió las reivindicaciones autodeterministas del movimiento soberanista, y los independentistas no plantearon un proyecto de país que recogiese las demandas sociales de los indignados

El autor plantea una reformulación estratégica del independentismo de izquierdas para una ampliación política de su base social, abandonando el independentismo puro y simple para abrazar un plan de emergencia social y democrática. Ello comportaría una «renegociación de la identidad» para vincular la nación con la clase en un proyecto de emancipación nacional y social cuya estación final no excluya un proyecto (con)federal.

Memorial procesista

Un subgénero de la literatura sobre el procés está constituido por las obras escritas por los políticos presos o en el extranjero, sus familiares y abogados para consumo interno, en algunos casos con la vista puesta en Sant Jordi. Jordi Cuixart y Gemma Nierga firman Tres dies a la presó. Un diàleg sense murs, que recoge la conversación en el locutorio de la prisión de Lladoners entre la periodista y el presidente de Òmnium Cultural sobre sus posicionamientos políticos y sociales. También se aborda la trayectoria personal del segundo, la vida en la cárcel y el papel de Òmnium en la sociedad catalana.

Esperança i llibertat es el libro del ex-conseller Raül Romeva. Este explica la decisión de no ir al exilio y expone sus reflexiones en la prisión y su propuesta política. A diferencia de otros libros de sus compañeros, no es un dietario de prisión, sino una reflexión sobre los motivos y los hechos del procés, así como de lo que se podría hacer y cómo hacerlo. El ex- conseller de Interior Joaquim Forn ha publicado Escrits de presó, donde se narran escenas duras y emotivas sobre la vida en la cárcel y sus reflexiones sobre la vida y sobre Cataluña.

Sergi Sol, mano derecha de Oriol Junqueras, es el autor de la biografía Oriol Junqueras. Fins que siguem lliures . La obra se centra en los meses previos al 1 de octubre y sus consecuencias: la proclamación de la República, la entrada en prisión, la aplicación del artículo 155, la estrategia de ERC de ampliar la base del independentismo y las elecciones del 21 de diciembre. De este modo se pretende contextualizar y analizar desde dentro los acontecimientos más señalados del procés desde la perspectiva de los colaboradores más íntimos del vicepresidente Junqueras.

Por su parte, la ex-consellera Meritxell Borràs ha publicado 34 dies de tardor i 1 de primavera . Se trata de un dietario de sus vivencias y reflexiones durante el tiempo que permaneció encarcelada en Alcalá-Meco. Además, se añade su viaje a Bruselas, la comparecencia en la Audiencia Nacional y su boda el día siguiente de que sus compañeros volvieran a entrar en prisión. La crisi catalana es el resultado de la entrevista a Carles Puigdemont del periodista belga Olivier Mouton. El libro, narrado en primera persona, está dirigido al público europeo con la intención de explicar las motivaciones del movimiento independentista y su modelo de país.

Jaume Alonso-Cuevillas, abogado de Puigdemont y número uno en las listas de Junts per Catalunya por Girona, es el autor de 1 judici (polític) i 100 preguntes. Dret i procés penal per a no juristes, que pretende responder de manera clara y sencilla al centenar de cuestiones y dudas más habituales sobre el juicio a los líderes independentistas. Gonzayo Boye, también abogado de Puigdemont, firma …Y ahí lo dejo. Crónica de un proceso , donde explica la estrategia y todos los detalles de la huida de los políticos catalanes al extranjero, así como el modo en que se organizó la defensa y lo sucedido en los tribunales de Bélgica, Alemania y Escocia. El abogado de Jordi Cuixart y exdiputado de la CUP, Benet Salellas, es el autor de Jo acuso. La defensa en judicis polítics, en el que reflexiona sobre la historia judicial contemporánea, centrada en España e ilustrada con ejemplos reales para sostener la tesis del uso del Derecho para eliminar a los adversarios políticos.

Tampoco faltan obras de escritores españoles favorables a la independencia y habituales en los medios de comunicación de la Generalitat y privados afines, como Ramón Cotarelo, Discurso a la nación catalana, con prólogo de Artur Mas, donde argumenta que Cataluña es una nación sin Estado y España es la sombra de un imperio caído que no supo convertirse en nación. Así, «si el imperio no trata con justicia y equidad a sus partes componentes, tampoco es un imperio, sino una cárcel de pueblos». Por su parte, la madrileña Bea Talegón firma Llibertat d’excepció. Vuit veus perseguides que no han aconseguit silenciar, que se suma a las tesis independentistas sobre las limitaciones de la libertad de expresión, a través de entrevistas a Carles Puigdemont, Meritxell Serret, Mireia Boya, Valtònyc, César Strawberry, Pablo Hasél, Abel Azcona y Jordi Cuixart.

Independentismo infantil y juvenil

El movimiento independentista nunca ha descuidado la politización (que algunos denominan «adoctrinamiento») de la infancia y la juventud. En esta clave se publicó Contes per ser lliures, 11 relats pels drets civils, editado en 2018 por la Associació Catalana pels Drets Civils, integrada por familiares de los políticos presos y en el extranjero. Colaboran militantes como Jordi Cuixart, Lluís Llach, Òscar Dalmau, Empar Moliner o Bel Olid, con ilustraciones de once artistas catalanes.

Anna y Berta Forn, Laura y Marta Turull y Oriol Sànchez son los autores de Abans ningú deia t’estimo, un libro que narra la experiencia de la prisión desde la perspectiva de los hijos, de entre diecisiete y veintitrés años, de los líderes independentistas presos. Contes des de la presó reúne en un volumen los treinta y siete cuentos que el ex-vicepresident Oriol Junqueras ha enviado a sus hijos Lluc i Joana con temas tan dispares como leyendas, curiosidades científicas y experimentos ilustrados por artistas catalanes.

También se dirige a un público juvenil Després del procés, què? Reflexions de la generació que ve, a cargo de veintidós autores. El libro está concebido para jóvenes nacidos a finales de 1980 y principios de 1990, una generación que se ha formado con la crisis económica y durante el proceso independentista. El libro, coordinado por Andrià Font, Jordi Vives, Miquel Vila y Joan Miró, contiene un prólogo de Jordi Cuixart y un epílogo del rapero Valtònyc.

Misceláneas contrapuestas

Desde la defensa de las tesis secesionistas, y más restringidos desde el punto de vista temático, se han de mencionar tres libros: Operació Urnes  y Més Operació Urnes, de los periodistas Laia Vicens y Xavi Tedó, que relata el entramado de complicidades y empresas interpuestas para adquirir las urnas para el referéndum del 1 de octubre, adquiridas en China y que llegaron a Cataluña vía Marsella; Días que durarán años, del fotoperiodista Jordi Borràs, que recoge las imágenes más impactantes de estos turbulentos días, y Els fets de l’1d’octubre, que combina fotografías y textos de diversos autores, todos ellos independentistas, como Josep-Lluís Carod-Rovira o Anna Gabriel.

El activista social, periodista e historiador Xavier Milian es el autor de El poder del poble. L’autoorganització veïnal dels CDR , en el que explica el origen de los Comitès de Defensa de la República que han aglutinado y se han expandido rápidamente por toda Cataluña, aglutinando sensibilidades distintas, aunque todas favorables a la implementación inmediata de la República catalana.

En sentido contrario se han publicado diversos libros reivindicando Tabarnia, la parte de Cataluña formada por Tarragona y Barcelona donde el independentismo es minoritario. Entre otros. Tabarnia. La historia no perdona mitos, de Ares Van Jaag (José Antonio Alias García), en que se reivindica un país cosmopolita, urbano, español, europeo, bilingüe y plural frente a la Cataluña independiente que proponen los separatistas: cateta, rural, aislacionista, monolingüe y liberticida. En Tabarnia. La pesadilla de los indepes, de Jaume Vives, se intenta mostrar la inconsistencia de los argumentos de los secesionistas. Y, por fin, ¡Viva Tabarnia!, del cómico Albert Boadella, con prólogo de Mario Vargas Llosa.

Literatura antiprocesista

Diversos autores han planteado la refutación o matización de las tesis del movimiento independentista. En Diccionario de lugares comunes sobre Cataluña, Juan Claudio de Ramón trata de desmontar el argumentario secesionista: «no se puede judicializar la política», «Cataluña tiene derecho a decidir», «la inmersión lingüística es un modelo de éxito» o «hay que dialogar». Para el autor, el aparato discursivo para describir la crisis condiciona el diagnóstico y también la terapia. Así se alza una empalizada verbal que oculta el hecho de que la propia deriva del sistema político-mediático catalán ha producido el independentismo, al margen de los errores o aciertos de los gobiernos centrales. La ortodoxia lingüística empleada en este tema nos conduce en una dirección equivocada: liberar al nacionalismo catalán de sus responsabilidades y hacer recaer sobre el Estado toda la carga para resolver el conflicto.

El novelista Eduardo Mendoza firma Qué está pasando en Cataluña, un opúsculo de ochenta y nueve páginas en el que realiza un apretado resumen de la historia de la Cataluña nacionalista y el conflicto secesionista e intenta despejar los prejuicios y tergiversaciones tanto del lado español como catalán. El autor pasa revista y matiza las distintas concepciones y estereotipos arraigados en el imaginario español y catalán, como la represión catalana bajo el franquismo, la prohibición del uso de la lengua catalana, la inmigración, el origen burgués de la sociedad catalana o el desfase entre una Barcelona violenta y una idealizada Cataluña rural. El autor califica de «ingenuo» el referéndum catalán, producto de la creencia en que la «democracia es un estado superior en el cual basta invocarla como si fuera un sortilegio para que se resuelvan los problemas» y no un «instrumento». A su juicio, «el nacionalismo se ha nutrido de agitar el fantasma de la enemistad», y muchos de los agravios que alega, unos ciertos totalmente, otros parcialmente, habrían «podido solucionarse, total o parcialmente». Respecto al gobierno español, asegura que minusvaloró el independentismo. Mendoza no es optimista y percibe un panorama «sombrío» en un conflicto al que no se le ve salida, pues las cosas han llegado demasiado lejos.

El prestigioso hispanista John H. Elliott firma Catalanes y escoceses. Unión y discordia, donde aborda un minucioso análisis de las semejanzas y diferencias entre el independentismo catalán y escocés. En la obra se cuestionan los mitos y los relatos secesionistas en el contexto de la historia y la política europea y mundial. El autor explora las llamativas similitudes y los contrastes entre las experiencias escocesa y catalana a lo largo de los últimos quinientos años, comenzando con los matrimonios reales que provocaron la unión con sus vecinos más poderosos, Inglaterra y Castilla, y rastreando su historia a través de los siglos, desde el final de la Edad Media hasta nuestros días. Elliott examina los factores políticos, económicos, sociales, culturales y emocionales que dividen a escoceses y catalanes de las naciones más grandes a las que unieron sus destinos. De este modo, arroja nueva luz sobre el carácter y el desarrollo del nacionalismo europeo, la naturaleza del separatismo y el sentimiento de agravio subyacente en las aspiraciones secesionistas que condujeron al referéndum escocés de 2014 y el catalán de octubre de 2017, con la consiguiente declaración unilateral y fallida de una república catalana independiente.

Anatomía del procés. Claves de la mayor crisis de la democracia española, con prólogo de Manuel Valls y epílogo de Josep Borrell, resulta una obra coral en la que sus diversos autores, desde varias perspectivas, intentan desmotar los mitos y falsedades del argumentario independentista. Así, Rafael Arenas, expresidente de la entidad antiseparatista Sociedad Civil Catalana, refuta con argumentos jurídicos el pretendido derecho a la autodeterminación de Cataluña, que no es un pueblo colonizado ni sometido a ocupación militar. Joan Llorach, escritor y empresario, aborda el tema del expolio económico, desmonta el eslogan del déficit fiscal (base del España nos roba) y concluye que Cataluña paga en función de su renta y recibe en base a su población, lo que supone un trato similar al de otras comunidades. Los politólogos Aurora Nacarino-Bravo y Manuel Arias Maldonado impugnan la creación de una identidad excluyente que implica que, para ser catalán, se ha de «abrazar la lengua, la cultura y los valores del nacionalismo». En la misma obra, el profesor Paul Marí-Klose analiza el supremacismo nacionalista. El diplomático Juan Claudio de Ramón propugna la necesidad de revitalizar un proyecto atractivo del Estado español, ausente en esta crisis. El periodista Lluís Bassets analiza cómo el nacionalismo siempre necesita un enemigo externo para cohesionarse y cómo ese estereotipo ha sido alimentado por los líderes independentistas a través de los medios de comunicación, fuertemente subvencionados por la Generalitat y las redes sociales. Prácticamente todos los autores coinciden en la frustración que ha generado el procés en los amplios sectores que no han secundado al independentismo y cómo los dirigentes independentistas han construido la imagen de un paraíso imaginario, vinculado a la felicidad personal, lo que ha movilizado a cientos de miles de ciudadanos golpeados por la crisis y las incertidumbres de la globalización.

Otra obra coral es Escucha, Cataluña. Escucha, España. Cuatro voces a favor del entendimiento y contra la secesión, firmado por Josep Borrell, Francesc de Carreras, Juan-José López Burniol y Josep Piqué. Se trata de cuatro catalanes de distintas orientaciones políticas que se muestran partidarios de hallar vías de diálogo y entendimiento frente al crispado debate territorial en España. La tesis de fondo radica en que la secesión no es la respuesta al desencuentro que ha focalizado el escenario político en Cataluña en los últimos años y apelan a la necesidad de rehacer los puentes que se han roto.

En esta orientación crítica se inscribe el libro de David Álvaro, Cataluña, la construcción de un relato ¿Cómo se ha servido el independentismo del populismo identitario para convencer a la mitad de la población catalana de las virtudes de la independencia?. La respuesta a las preguntas aquí planteadas y a muchas otras se encuentra en el uso de técnicas de marketing aplicadas a la filosofía política, lo que ha dado lugar a un populismo identitario difícilmente rebatible. Un plan táctico que ha permitido pasar de un nacionalismo moderado a un nuevo etnopopulismo o populismo identitario con el objetivo final de proclamar la independencia de Cataluña. El autor analiza las estrategias que han permitido que, en poco más de quince años, el porcentaje de independentistas creciera del 10% al 47% y cómo se ha logrado generar un relato casi hegemónico en Cataluña, donde las emociones se imponen a la razón y los argumentos viscerales a los racionales. Se traza de periplo por el relato independentista donde populismo y marketing convergen para llegar más lejos de lo que muchos, incluso desde sus propias filas, hubiesen imaginado jamás.

En 155. Los días que estremecieron a Cataluña, Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, además de narrar su experiencia personal, analiza en detalle el procés, más allá de los denominados «plenos de la vergüenza» celebrados los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Desde su puesto en la universidad ha seguido el procés y ha experimentado, en primera persona, las coacciones, mentiras e imposiciones que han llevado al límite a Cataluña. A su juicio, «el secesionismo quiere imponernos un modelo político totalitario». Además se muestra muy crítica con un referéndum que «no es legal, ni legítimo», que nunca ha contado con las garantías de la Ley Electoral y que ha conducido a Cataluña a ocupar la portada de informativos y periódicos de todo el mundo. «Estamos ante un verdadero Golpe de Estado constitucional» y «el gobierno español no supo, no pudo o no quiso reaccionar» antes. «Si se vulnera el Estado de Derecho, se violan los derechos fundamentales». Para Freixes, el Estado debe «estar presente» en Cataluña. Da la impresión de que no lo está, ni lo haya estado. Se ha ido «retirando» a medida que se ha avanzado en lo que denomina el «federalismo de la centrifugación», organizado alrededor de la compra del voto periférico en el Congreso de los Diputados cuando ningún partido ha obtenido la mayoría absoluta. Con esos «acuerdos» a cambio de obtener la investidura, aprobar los presupuestos, etc. ha ido haciéndose dejadez de las competencias estatales constitucionales. Esto se ha comprobado reiteradamente en ámbitos tan importantes como la educación o la sanidad. El Estado, que tiene competencias básicas en todo ello, no las ha ejercido. Y ese vacío ha sido ocupado por los gobiernos regionales.

Los dirigentes independentistas han construido la imagen de un paraíso imaginario, vinculado a la felicidad personal, que ha movilizado a cientos de miles de ciudadanos golpeados por la crisis

Contra el separatismo, del filósofo Fernando Savater, constituye una denuncia directa de los separatismos. El separatismo no es una opinión política o un ensueño romántico, como el nacionalismo, sino una agresión deliberada, calculada y coordinada contra las instituciones democráticas. No es un delirio más o menos grave, sino un ataque en toda regla al núcleo del Estado de Derecho. Con paciencia y sentido del humor, puede convivirse mejor o peor con los nacionalistas; pero con los separatistas no hay más arreglo posible que obligarles a renunciar a sus propósitos. El separatismo trata de arrebatarnos «la ciudadanía que nos faculta para decidir junto a los demás» con el fin de instaurar un futuro utópico basado en un pasado de «leyendas ancestrales», donde lo identitario deviene en totalitario. Para ello no dudará en servirse de la propaganda (TV3, Catalunya Ràdio, RAC1 y medios afines), de la política lingüística y del adoctrinamiento en el sistema educativo; «El separatismo es, sí, un movimiento fundamentalmente antimoderno». A los independentistas les mueve, más que su amor a Cataluña o a Euskadi, su odio a España y todo lo español. El panfleto se estructura sobre siete asertos. Primero, el independentismo es antidemocrático, pues «los portadores de derechos son los ciudadanos, no los territorios». Segundo, es retrógrado, «porque plantea una ciudadanía basada en el terruño, en la identidad étnica, en la lengua única». Tercero, es antisocial, pues «el Estado social debe ser fuerte para no admitir más privilegios locales que los que pueden revertir en mayor bienestar para todos». Cuarto, es dañino para la economía, como se reveló con la fuga de bancos y empresas que se produjo en Cataluña tras la DUI. Quinto, es desestabilizador y favorece a populistas, antisistema y a Vladímir Putin. Sexto, genera amargura y frustración, ya que quien «pierde a sus compatriotas sufre algo más que un daño administrativo». Séptimo, crea un peligroso precedente que pone en peligro el proyecto europeo.

Paisaje después de la batalla

En otro ámbito discursivo se ubica Entre Icaria e Ítaca. Reflexiones sobre Cataluña, España y las izquierdas. Esta obra es el resultado de una larga conversación entre la periodista Àngels Barceló, el historiador y exdirigente de Podem, Xavier Domènech, y el líder de ERC, Xavier Tardà, que analizan en qué punto se halla la relación entre Cataluña y España y cuál es el papel de la izquierda en este proceso. En el texto se abordan diversas cuestiones sobre la naturaleza del catalanismo, la relación de éste con el soberanismo y el independentismo o la respuesta democrática a sus demandas. Ambos coinciden en considerar que Cataluña es una nación, un sujeto político, que tiene el derecho a decidir a través de un referéndum su futuro político. La diferencia radica en que Tardà reivindica una República de los Países Catalanes y Domènech propugna «una república catalana articulada confederalmente con un Estado que reconozca la plurinacionalidad de España». El primero se define, por tanto, como independentista y el segundo como soberanista.

Por su parte, Carles Campuzano, hasta hace bien poco diputado del sector moderado Convergència en el Congreso de los Diputados, firma Reimaginem la independència. Un projecte vàlid per a tothom, donde argumenta que el procés ha puesto a prueba una democracia española que no ha estado a la altura. Ahora ha llegado el momento de pasar, de la indignación y la impotencia, a la elaboración de una nueva propuesta que permita a Cataluña continuar avanzado, siendo conscientes de que el independentismo no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir un país mejor. En la presentación del libro, el autor se desmarcó de la línea dura de Carles Puigdemont y propuso fundar un nuevo partido para impulsar este proyecto.

Joan Manuel Tresseras, conseller de Cultura y Medios de Comunicación del segundo tripartito catalán en representación de ERC, y Enric Marín, profesor de Medios de Comunicación la Universidad Autónoma de Barcelona, son coautores de Obertura republicana. Catalunya després del nacionalisme, en el que se analizan los hitos del procés y se ensaya una propuesta de futuro ante el estado de desconcierto del independentismo. Ambos consideran obsoleta la fórmula del Estado-nación y propugnan que el independentismo abandone el esencialismo identitario. A su juicio, el Estado español no permite ese margen de maniobra y el independentismo catalán conecta con los grandes retos del futuro.

A buen seguro, el proceso soberanista continuará generando literatura, aunque es posible que no con tanta intensidad como la de estos últimos dos años, vividos bajo la influencia de la vertiginosa evolución de los acontecimientos que se sucedieron de septiembre a diciembre de 2017.

Antonio Santamaría ha sido redactor del Diari de Sabadell y ha colaborado en diversas revistas culturales como El Viejo Topo, Cuadernos de Alzate, Transeuropéenes o Temas para el Debate. Ha editado el libro de Francisco Pi y Margall, Federalismo y república (Barcelona, El Viejo Topo, 2006) y es autor de Els orígens de Convergència Democràtica de Catalunya. La reconstrucció del catalanisme conservador (1939-1980) (Barcelona, El Viejo Topo, 2011).

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