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Elogio de las biografías intelectuales. A propósito de Ronald Dworkin

Ronald Dworkin. Una biografía intelectual (Tiempo Recobrado)

Leonardo García Jaramillo (ed.)

Madrid, Trotta, 2021.

Edición y traducción de Leonardo García Jaramillo

320 p.

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Son muchas las razones que nos invitan a celebrar la publicación del libro Ronald Dworkin. Una biografía intelectual. De entre todas ellas escojo una, que es la que explico a continuación. Muy habitualmente resulta difícil, tanto para el recién iniciado como para el profesional, comprender acabadamente la obra de algunos de los autores más importantes de la filosofía política y jurídica de nuestro tiempo. Pensemos en nombres como los de Jürgen Habermas, John Rawls, Gerald Cohen, Bernard Williams o -para nuestro caso actual- Ronald Dworkin. Se trata de filósofos que han escrito una obra vasta y compleja -obra que, en ocasiones, abarca temas muy diversos- y que escriben a veces con una «jerga» propia, y muy comúnmente en diálogo con una tradición centenaria de autores y textos.

Basta tomar cualquier libro o artículo de pensadores como los citados para encontramos con que cada línea es relevante (me refiero a que ninguno de ellos apela a la mera retórica, ni mucho menos escribe como un modo de impresionar, deslumbrar o confundir al lector, como en ocasiones ocurre con ciertas porciones de la literatura -i.e., el posmodernismo-). Cada renglón tiene sentido y densidad, por motivos comprensibles: escriben pensando, ya sea en cómo desafiar algo que han sostenido sus «rivales» teóricos, ya sea buscando «blindar» sus argumentos frente a las críticas que van a hacerles, sin dudas, e inmediatamente, tales críticos. De allí la especial dificultad de leerlos: uno ingresa, al hacerlo, en un «campo de disputa» teórico en donde, de manera no siempre visible, participan muchos contendientes, y múltiples tradiciones de pensamiento, que posiblemente ni estén mencionadas.

A la luz de lo dicho, uno puede recomendar encarecidamente libros como Ronald Dworkin. Una biografía intelectual. Y es que -es mi opinión, al menos- la forma más interesante y fructífera de abordar a un autor fundamental y «difícil» es estudiarlo a través de los análisis que han hecho de su obra, o de una porción de ella, sus colegas y críticos. A través de tales textos, habitualmente breves y profundos, accedemos a la mirada de un experto, capaz de exponer, de modo sucinto, las «claves de lectura» del autor que examina.

Encontramos en el libro muchos de los mejores y más actuales acercamientos teóricos al pensamiento de Dworkin (varios capítulos, de hecho, se han con posterioridad al fallecimiento del filósofo en 2013, o directamente en ocasión del triste suceso). Hallamos, en general, miradas amistosas pero no complacientes con la obra del autor, provenientes en algunos casos de personas muy cercanas a él, como su compañera en los últimos años, Irene Brendel (de quien se publica el texto que leyera en la Iglesia de San Juan, Londres, en ocasión de la muerte de Ronnie); su cercano discípulo Stephen Guest (el principal biógrafo de la vida intelectual del autor), y algunos de sus más queridos colegas, como Thomas Nagel y Thomas Scanlon (quienes, en sus aportes, saben encontrar un equilibrio entre el acercamiento  «personal» y el «político»).

Del mismo modo, el libro incluye textos de algunos de los «rivales» teóricos más significativos y prominentes de nuestro autor -«rivales» provenientes de concepciones políticas y filosóficas muy opuestas, como Jeremy Waldron (con quien Dworkin mantuvo una amigable disputa de décadas sobre cómo entender el papel de los jueces en la judicial review), el renombrado Habermas, Cass Sunstein, o el liberal conservador Richard Epstein (autor de quien se publica Un tributo desde el otro lado del espectro político).

Para los lectores de habla hispana, el libro nos reserva una sorpresa especial: varios artículos escritos por autores europeos y latinoamericanos, artículos que nos permiten acceder a aspectos más íntimos y menos conocidos de Dworkin. Entre tales textos, nos encontramos con uno del jurista colombiano (y ex Juez de la Corte Constitucional) Manuel José Cepeda, quien nos «revela» la discreta y silenciosa contribución que hiciera Dworkin a la redacción de la afamada Constitución de Colombia de 1991; otro del iusfilósofo Josep Joan Moreso, quien nos da cuenta de los pormenores de la visita de Dworkin a Barcelona; y uno más del filósofo argentino Marcelo Alegre, quien nos lega un cúmulo de jugosas anécdotas personales y reflexiones agudas en torno a la obra de Dworkin, derivadas de la «laudatio» que presentara con ocasión de la entrega de un doctorado honoris causa a Dworkin, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Los detalles, cuidados y sorpresas que distinguen al libro, resultan de la muy apropiada «curaduría» de Leonardo García Jaramillo, quien aparece ya como «experto» en el área de las biografías intelectuales (vale recordar, por ejemplo, el volumen que editara y tradujera sobre John Rawls: Reconstruyendo a Rawls. Elementos para una biografía intelectual, EUDEBA, 2016). Buen experto en la materia, García Jaramillo nos ofrece aquí la mejor expresión de su trabajo, con un libro que da gusto leer y que cumple más que acabadamente con su propósito de homenajear a Dworkin y, con él, a su postulado final: el de llevar adelante una existencia digna, hasta convertir nuestras vidas en «diamantes diminutos en la arena cósmica».

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Ronald Dworkin
Ronald Dworkin

Ficha técnica

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