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Mitos y símbolos

Diccionario de las mitologías

YVES BONNEFOY (ED.)

Edición española a cargo de Lluís Duch y Jaume Pòrtulas, Destino, Barcelona

Traducciones de Cristiana Serna y Maite Solana

Diccionario de mitología universal

JAIME ÁLVAR EZQUERRA (ED.)

Espasa Calpe, Madrid

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Este Dictionnaire des mythologies et des religiones des sociétés traditionnelles et du monde antique, organizado bajo la dirección de Yves Bonnefoy, fue editado por la editorial Flamarion en 1981, en dos volúmenes de amplio formato, de unas seiscientas páginas cada uno. En su versión castellana, el Diccionario de las mitologías va a tener seis tomos y ha experimentado una profunda variación, ya que sus artículos no se presentan siguiendo el estricto orden alfabético de la edición original, sino que han sido reordenados según las diversas áreas mitológicas a que pertenecen. Esta reorganización de los artículos ha aportado un cambio estructural muy importante para la lectura y comprensión de la obra. Frente al aleatorio orden alfabético que yuxtapone nombres y estudios sin relación directa, se ha preferido aquí reordenar en conjuntos significativos, según sus ámbitos culturales y geográficos, todas las voces del Diccionario. Digamos ya de entrada que estos artículos son casi todos de notable extensión, casi siempre de algunas páginas, redactados como breves y sustanciosos ensayos, con un planteamiento crítico y luego una cuidada nota bibliográfica.

Así pues, cada tomo tiene un subtítulo que define su temática: Desde laprehistoria hasta la civilización egipcia (I, 1996), Grecia (II, 1996), De la Roma arcaica a los sincretismos tardíos (III, 1997), Las mitologías de Europa (IV, 1998) y Las mitologías de Asia (V, 2000). Falta el último tomo, el sexto, que contendrá los índices de toda la obra, muy útiles para su consulta y referencias precisas. Como Jaume Pòrtulas señala, la obra ha adquirido así un nuevo aire, y se presta a ser leída como una buena introducción y enciclopedia, y no sólo a ser consultada puntualmente como un mero diccionario. A ello contribuyen también los prólogos escritos para la edición española como introducción para cada uno de los tomos. A veces son varios en un mismo volumen, siempre bien diseñados y actualizados, con oportunas advertencias críticas, datos actuales y alguna propina bibliográfica –como es el caso de los de Lluís Duch y Jaume Pòrtulas, y los de Victoria Cirlot y Maite Solana–. O bien sirve para aportar una reflexión amplia acerca del mito, que invita al lector a meditar con una perspectiva muy general, como es el caso del prólogo de Raimundo Panikkar en el tomo dedicado a «Las mitologías de Asia». Estas páginas introductorias acentúan bien lo específico de cada tomo y vienen a sugerir sutilmente lo más destacado y actual de su problemática. Basta dar un vistazo a la nómina de colaboradores del tomo II: Jean-Pierre Vernant, Marcel Detienne, Pierre Vidal-Naquet, Nicole Loraux, Claude Calame, etc., para constatar que aquí están los más destacados profesores de la «escuela parisina de Altos Estudios», de tan decisiva impronta en la renovación de los estudios mitológicos actuales. Con un método que une el más fino análisis filológico de los textos a una reflexión antropológica muy crítica, la escuela de Vernant ha logrado una perspectiva enormemente comprensiva y vivaz de los mitos griegos y su función social. Los estudios y análisis aquí reunidos son excelentes exponentes de sus logros. Este volumen constituye, por sí mismo, una admirable investigación sobre los mitos griegos, sus figuras y sus temas básicos, atendiendo a su contexto y su función, y destaca por su claridad, coherencia y unidad de estilo. En la misma línea, el tomo III, dedicado al mundo romano, ofrece un tratamiento muy documentado de las características de la religión y la religiosidad romana, y es muy interesante en su atención a las prolongaciones de la religiosidad pagana final en el gnosticismo.

En contraste, el tomo IV abarca un panorama tremendamente diverso, que va desde los mitos celtas, galos, germanos, eslavos, bálticos, turcos y mongoles hasta las pervivencias de la mitología antigua en la literatura europea de los últimos siglos ( XVIII XX ). Hay, por lo tanto, una mezcla de mitos antiguos, de diversas culturas, con ecos míticos en las literaturas modernas, e incluso con la recreación literaria y la aparición de mitos literarios en una abigarrada serie –ahí están en carnavalesca y fantasmal compañía Don Juan, Fausto, Empédocles, el Andrógino, Napoleón, etc.– y personajes y temas folclóricos como añadido final. No sé si esta suma de elementos y figuras tan diversas proporciona mayor interés a este tomo –como sin duda hay quien lo piensa– o si sería más acertada la cautela de separar los mitos antiguos de los mitos de origen literario. En todo caso, aunque aquí se albergan bajo el rótulo de «Mitos de Europa», la buena ordenación interior los deja bien separados de los otros.

Volvemos a los mitos de trasfondo arcaico y religiosos en el tomo V, dedicado a las mitologías de Asia. El vasto continente que da escenario geográfico a diversas culturas sirve de marco para un itinerario de inmensas rutas. Cito unas líneas de la contraportada para abreviar: «Tras un breve intermedio sobre budismo y mitología, se suceden el Tibet, Birmania, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam, China, Japón, Insulindia, Madagascar y Nueva Guinea, que constituyen las siguientes etapas de un viaje que lleva al lector desde la cosmogonía védica y las grandes epopeyas sánscritas hasta las singulares reencarnaciones del hinduismo en Insulindia, pasando por los soberanos míticos de la China y la demonología japonesa». Con sus setecientas cincuenta páginas, este es el volumen más amplio del Diccionario, y el más exótico para el lector español.

A lo largo de estos cientos de páginas desfila un casi infinito tropel de personajes y símbolos, por un fabuloso e inagotable escenario. Pero lo que hace de esta obra un magnífico repertorio mitológico no es sólo su amplitud universal, sino, sobre todo, la excelente selección de sus colaboradores y su clara articulación. Sólo podemos citar, al pasar, algún que otro nombre entre el centenar de autores, todos de gran prestigio, que han contribuido a construirlo. Realmente será muy difícil hallar una obra colectiva sobre el fascinante mundo de los mitos que resulte elaborada con tan fina hermenéutica y con tanta riqueza de datos, analizados en profundidad sobre una investigación tan crítica y sólida.

La reorganización de la obra en varios tomos ha significado un avance extraordinario para su mejor comprensión, haciendo de este Diccionario una Introducción a la mitología universal. Al colocar reunidos los mitos de una misma cultura se destaca algo esencial en los relatos míticos: su pertenencia a una mitología. Que es mucho más que una suma de mitos, una red o un sistema de relatos interrelacionados, que, ensamblados, ofrecen una visión tradicional y fabulosa del mundo, una imagen generalmente religiosa y hondamente permeada de simbolismo, que expresa el sentido del existir del ser humano en esa realidad de trascendencia mítica. Cada cultura ha creado y usa sus narraciones míticas como iluminaciones prestigiosas del enigma cósmico.

En contraste con el Diccionario de las mitologías dirigido por Yves Bonnefoy, el Diccionario de mitología universal redactado bajo la dirección de Jaime Alvar responde a la concepción usual del término «diccionario». Aquí encontramos, en efecto, dispuestos en su ordenación alfabética, unos seis mil doscientos nombres de personajes e instituciones pertenecientes a más de veinte repertorios mitológicos. Incluye las mitologías clásicas antiguas y todas las conocidas de la geografía; desde África a Oceanía. Es muy interesante la atención prestada a ámbitos como el de la Hispania Prerromana y el mundo de creencias americano, desde la época precolombina hasta hoy. También me parece un mérito de base el que se hayan incluido algunas voces no estrictamente mitológicas, sino propias del culto y el ritual religioso. Un equipo de dieciséis expertos en las distintas áreas –entre los que hay investigadores tan reconocidos como los profesores José Alcina Franch y José María Blázquez al lado de colegas más jóvenes– ha colaborado en la redacción de este repertorio de más de mil páginas. Compuesto por artículos breves y precisos, tal como exige el género, y a veces seguidos de útiles notas de bibliografía, he aquí un Diccionario riguroso, útil, bien programado, plenamente fiable, y novedoso, por su contenido e intención universal, dentro de la producción editorial hispánica.

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Ficha técnica

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