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Una difícil síntesis historiográfica

Arquitectura española del siglo XX

MIGUEL ÁNGEL BALDELLOU, ANTON CAPITEL

Espasa Calpe, Madrid, 1996

Summa Artis, Historia General del arte XL (tomo 40)

704 págs.

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Los autores de este volumen de la colección Summa Artis, dedicado a la arquitectura española del siglo XX , son dos arquitectos y catedráticos de la Escuela de Madrid (de Composición y de Proyectos, respectivamente): Miguel Ángel Baldellou, que estudia el período 19001939, y Antón Capitel, que se ocupa de la etapa 1939-1992. A lo largo de seiscientas cincuenta páginas ampliamente ilustradas, han abordado la compleja tarea de analizar los itinerarios, avances y retrocesos de la búsqueda de la «modernidad» en la arquitectura española. Un siglo plural y lleno de contrastes, a través de los cuales el arquitecto ha tenido que volver a pensar la racionalidad del espacio en el tiempo acelerado de la ciudad moderna.

1. El profesor Baldellou trata de hacer elocuente, con una documentación gráfica muy amplia sobre el período tratado (1900-1936), la transformación espacial llevada a cabo en el desarrollo urbano ante las corrientes de vanguardia en arquitectura. De manera muy explícita se revisa el papel de los regionalismos –Galicia, Asturias, Castilla-León…–, así como el entorno profesional de las figuras más significativas del eclecticismo de esta época. Se presta especial atención a los arquitectos madrileños de varias generaciones, desde Antonio Palacios a Secundino Zuazo o a Luis Gutiérrez Soto, así como a los trabajos del GATEPAC, el grupo racionalista que protagonizó de modo brillante en Barcelona y en menor grado en Madrid los episodios más importantes de difusión y asimilación de los principios del Movimiento Moderno en arquitectura.

En el período estudiado por Baldellou destacan las preocupaciones éticas y de crítica política que alentaron en el GATEPAC catalán junto a la ideología urbanizadora plasmada en la cuadrícula achaflanada del Plan Cerdá. Tales episodios tendrían una modesta réplica en el acontecer arquitectónico madrileño y en los regionalismos populistas de la periferia, junto a las enfáticas sedes bancarias de Antonio Palacios, la aventura racionalista, fracturada por la guerra civil, del campus de la Ciudad Universitaria en la Moncloa o la invocación geométrica de la linealidad urbana de Arturo Soria. En los primeros años treinta dominaron, en suma, los esfuerzos por resolver las tensiones entre los estilos históricos revisados y la importación de las nuevas formas de las vanguardias europeas. El texto demuestra que este período, de gran calidad constructiva, fue más dilatado de lo que a veces se ha reseñado.

2. Antón Capitel aborda la trayectoria de nuestra arquitectura desde el final de la guerra civil y lo hace, según advierte, mediante un recorrido interno a través de los propios autores. Su exposición muestra cómo los trabajos de reconstrucción y construcción acometidos por el Régimen desde 1939 se despliegan, bien en arquitecturas de traza monumental, o bien, junto a ellas, en un híbrido eclecticismo que va asimilando los diversos vocabularios de las corrientes centroeuropeas: racionalismo, organicismo y toda la serie de «ismos» que pueblan el despertar arquitectónico de los años cincuenta.

El predominio monumental de las reconstrucciones posbélicas se prolongaría en las nuevas instalaciones del Régimen: universidades laborales, ministerios, ayuntamientos. Son arquitecturas de una expresividad deliberadamente simplificada, donde se funden la tibia limpieza ornamental del Novecento con los rasgos formales de la herencia racionalista de preguerra. Queda ampliamente documentado el discurrir de los grupos de arquitectos que tratan de acentuar en los edificios de la ciudad las resonancias de las diferentes «tendencias» y «maneras» europeas de los años sesenta y setenta, frente a los operadores económicos que actúan en el crecimiento urbano, carentes de escrúpulos y subsidiarios de un sistema político indiferente u hostil a los contenidos específicos de la ciudad moderna.

Por último, Antón Capitel revisa el período 1975-1992. La arquitectura de esta época refleja, tanto en los proyectos como en las obras construidas, la primacía de la racionalidad productiva tardomoderna que domina la sociedad española. La hegemonía de un mercado cada vez menos regulado obliga al arquitecto o bien a adherirse de modo militante a las formas que definen el «mercado de imágenes» o a entregarse sin resistencia crítica a los modelos impuestos por los monopolios de la industria de la construcción y la producción del espacio urbano. El arquitecto está sometido en España a los efectos de la colonización simbólica de la cultura icónica; se ve obligado a entender la ciudad como un bazar de objetos arquitectónicos en permanente competencia estilística.

Los profesores Baldellou y Capitel han logrado un libro de obligada consulta, necesario en el actual panorama, de abundante información visual sobre la arquitectura y loable por la difícil síntesis historiográfica de una época extensa y convulsa, heterogénea y acelerada; síntesis más ardua en una actividad como la arquitectura, aún anclada en viejos y estériles nominalismos. Las «arquitecturas de autor», tan frecuentes en estas páginas, son respetables pero insuficientes para conciliar historia y progreso, para rehabilitar los vacíos de la ciudad y contextualizar lo arcaico y lo último de la nueva condición metropolitana.

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Ficha técnica

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