Mi semejante, mi hermano: sobre la hipocresía política del ciudadano ordinario (I)
Un escritor aficionado a la gresca tuitera publica un artículo contra la polarización y los zasca, un partidario de la redistribución acumula un sobresaliente parque inmobiliario, un comunista pasa su luna de miel a todo lujo en Nueva Zelanda, un enemigo jurado del aborto recurre a él cuando su hija queda embarazada sin desearlo, un funcionario público defiende la filosofía libertaria de Ayn Rand: he aquí una reducida lista de ejemplos