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Babilonia: drama rural vasco

Babilonia

JOAN MARI IRIGOIEN

El Karlanean, Donostia

232 págs.

1.635 ptas.

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Joan Mari Irigoien (Alza, 1948) mantiene en el ámbito de la literatura vasca una imagen de novelista que crea amplios universos. Sus primeras novelas buscan algunas claves interpretativas del momento social, político e histórico del mundo contemporáneo. Oilarraren promesa (1976) [La promesa del gallo] mostraba su inconformidad con el desarrollo industrial, la aparición de un nuevo urbanismo devastador, lo que el autor ha llamado «terrorismo del cemento», y con el consumismo. Poliedroaren hostoak (1980) [Las hojas del poliedro] rememora la historia de dos familias, que transcurre a través de la narración del acontecer histórico de cinco generaciones, pretendiendo relatar, casi como una «novela-río», la historia social de las guerras carlistas. El autor continuó con la novela extensa en Udazkenaren balkoitik [Desde el balcón del otoño] donde aborda la historia de la generación antifranquista a la que pertenece el autor. Babilonia es la cuarta novela en esta cronología. En este breve recorrido cabe apuntar que existe una traducción castellana de Poliedroaren hostoak en la editorial Hiru de Hondarribia. Babilonia hace su aparición, en cambio, en una editorial con una distribución y presencia amplia en toda la geografía española.

El drama rural que narra en Babilonia, la lucha fratricida entre dos hermanos gemelos, Trínido y Feliciano, resuelta en el asesinato de un tercer hermano, Casiano, conarrador de la acción, permite acceder a algunas constantes de la narrativa del autor.

Joan Mari Irigoien posee una tendencia clara a mantener diseños duales en sus personajes: dos son las casas solares en la novela, Babilonia y Moabe –cuya función en la novela desaparece rápidamente–; en la primera sólo nacen varones; en la segunda, la protagonista femenina; dos los espacios, rural y urbano; dos los antagonistas: los hermanos gemelos que se caracterizan por elementos contrapuestos: habilidad, fuerza, preferencias vitales, sociales, políticas (uno será carlista y tradicional, el otro liberal y progresista).

Es cierto que el diseño dual se ha atemperado en una narración tripartita de la tragedia rural, del cainismo que se establece como eje de la novela. Los narradores son tres: un narrador omnisciente que cuenta en tercera persona; Mari, la diosa femenina vasca, que se dirige en segunda persona a la protagonista, Margari, que simboliza la tierra y el contacto con un mundo primigenio; y Casiano, el tercer hermano de la saga Garayalde, que cuenta la acción en primera persona. La polifonía se subrayaba en el original en euskera, porque cada voz utiliza un registro diferente: el dialecto vizcaíno colorea el discurso en tercera persona, el navarro la voz de Mari, y el guipuzcoano el discurso del cronista y testigo, matiz que la traducción, creo yo, no ha podido conservar.

Pero este perspectivismo, concepto con el que se juega en la novela (a propósito, también se hace una broma a cuenta de la impericia del narrador para contar la historia), no oculta que el férreo diseño de la estructura va en detrimento de la caracterización de los personajes y del desarrollo de la acción.

Estructurada en breves fragmentos, la novela busca el desarrollo lírico y coral de una acción que no aparece bien engarzada. De hecho, pienso que la causalidad, que produce una cascada de tragedias en la última parte del texto, esté convenientemente justificada. Y es que Joan Mari Irigoien se encuentra entre dos maneras de contar el ámbito rural. El idealizado por los escritores costumbristas –maniqueísmo, inclusión de la etnografía– y el drama rural que Faulkner noveló.

En medio de esas dos corrientes y decidido a novelar una visión mágica del mundo, enraizada en la mitología vasca, Irigoien busca una salida por medio de un estilo que recuerda a la poetización y a la sugerencia, a través del juego de los símbolos combinando las referencias bíblicas y el aporte de la antropología. En definitiva, por medio de la apelación a lo maravilloso –más que a lo fantástico– y a la influencia de la literatura hispanoamericana.

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Ficha técnica

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