Aunque parezca mentira, la justicia no es ni mucho menos el tópico más estudiado del kantismo y, dentro del ingente océano bibliográfico que se ha consagrado a su estudio, cuesta encontrar una monografía dedicada por entero a ese tema. Ello se debe a que Kant no le otorgó un tratamiento específico, aun cuando los problemas relativos a la justicia sí presidan muchas de las reflexiones espolvoreadas aquí o allá en su prolija obra. Con la paciencia propia de un buen artesano, José Luis Colomer ha sabido articular esa rapsódica meditación kantiana sobre la justicia y nos brinda en este libro una espléndida sinfonía cuyos movimientos van reconstruyendo todo el pensamiento políticojurídico del filósofo de Königsberg, comenzando por examinar sus primeros compases, es decir, los axiomas de su filosofía moral.
Haciendo gala de una consumada experiencia en esta peculiar travesía, Colomer establece un rumbo atinado y, antes de arribar a su destino, esto es, al puerto de la filosofía del derecho, este periplo por aguas kantianas realiza dos prolongadas escalas en los de la ética y la teoría política para hacer acopio de los pertrechos necesarios. Cualquier otra ruta que no hubiese dado este aparente rodeo le habría hecho naufragar entre los escollos de la simplificación, habida cuenta de que comprender cabalmente a Kant no admite tomar atajo alguno. Cual si se tratara de un orfebre tan concienzudo como meticuloso, José Luis Colomer va desgranando en los epígrafes de su libro todas las cuestiones que resultan pertinentes para la elaboración del último capítulo. Tras repasar las distintas formulaciones del imperativo categórico, recordándonos los cimientos del formalismo ético (universalidad y autonomía), nuestro autor hace desfilar a todos los conceptos que vertebran la teoría kantiana del derecho (como es el caso del contrato social). Sólo ese bagaje le permite descubrir finalmente los pilares en que Kant hace descansar su noción de la justicia: el republicanismo –antipaternalista– y la publicidad que deben regir las actuaciones de todo «político moral».
