Buscar

La buena sociedad y el COVID-19

image_pdfCrear PDF de este artículo.

El impacto del COVID-19, que empezó como una epidemia local en diciembre del año pasado en la ciudad de Wuhan y se estabilizó en China a finales de febrero, se ha convertido rápidamente en una pandemia que al día 26 de abril ha causado cerca de 3 millones de contagios confirmados y más de 200 mil muertes. Aproximadamente un 63% de los casos confirmados y un 75% de las muertes se han registrado en los Estados Unidos y los cinco países europeos con más casos de contagio confirmadosWorldometers, consultado el 26 de abril de 2020, 10:51 GMT. Los cinco países europeos son, en orden de casos confirmados, España, Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido..

Nos dicen los epidemiólogos y estadísticos que estas cifras son estimaciones a la baja de los contagios y muertes que en realidad se han producido. Y no obstante de ser «a la baja», son lo suficientemente aterradoras, y han venido acompañadas de tales dislocaciones, como para quitarnos la ilusión de que, aunque sea tras unos meses, volveremos a hacer las cosas como las veníamos haciendo hasta hace poco.

Son dichas dislocaciones, específicamente las de naturaleza económica y social, más que las médicas y de salud pública, las que proporcionan el nexo que nos lleva de la pandemia al desiderátum de Una Buena Sociedad.

A pesar del alto grado de sofisticación  a que creíamos haber llegado en el plano de la organización social, y con inusitada celeridad, hemos descubierto, dada la inexistencia de vacunas y tratamientos, y la generalizada falta de preparación, de medios y de planificación logística, que la única manera de defenderse es recurrir al desafortunadamente llamado «distanciamiento social».

Si bien la ausencia inicial de tratamientos y vacunas y la falta de anticipación logística han sido comunes en epidemias pasadas, es ahora cuando hemos aprendido que solo hay dos acciones posibles para parar una pandemia: cuarentenas (o confinamiento) y, sobre todo, acción tempranaVéase Semanticscholar..

El impacto económico de esta mitigación, que uno se resiste a calificar de «exitosa» pero que está deteniendo y hasta invirtiendo ya en varios países la brutal evolución de la pandemia, ha adquirido tales proporciones que las recesiones de las últimas ocho décadas son hoy referencias inadecuadas. Las cifras de paro que están publicándose en muchos de los países más afectados se van acercando peligrosamente a las que se registraron durante los años más duros de la Gran Depresión que siguió a la crisis bursátil de 1929Por poner un ejemplo, la tasa de paro en los Estados Unidos durante la crisis financiera de 2008-2009 apenas llegó al 10% de la población activa. En 1932, esta tasa se acercó al 23%. Las solicitudes de desempleo a finales de la tercera semana de abril ascendían a 26,4 millones, un 15% de la fuerza de trabajo..

Aun así, las convulsiones políticas, sociales y económicas del periodo que abarca la primera y segunda guerras mundiales, en el que se desarrolla la Gran Depresión, fueron mucho más violentas y catastróficas de las que, creemos, cabría anticipar hoy. Esta predicción relativamente optimista puede quedarse en nada, como otras más aciagas, lo que no quita para que las estudiemos en próximas entradas.

Acercándonos ya al otro extremo del nexo mencionado al comienzo de esta entrada, el desiderátum de Una Buena Sociedad, es obligado destacar que el proceso de desintegración social y económica que se produjo, sobre todo en Europa, tras la Gran Guerra, dio lugar a intensas discusiones sobre los límites de la democracia y de la libertad. Y sobre el posible conflicto entre ellas. Es también obligado, para mantener algo de orden y concierto y ser fieles a nuestros propósitos, que saquemos a la luz las observaciones que Walter Lippmann  (un influyente periodista y brillante pensador político estadounidense a quien ya citamos en la presentación de este blog la semana pasada, y seguiremos citando ocasionalmente) fue desgranando en su polémica con varios interlocutores de nota (entre otros, el filósofo John Dewey) a propósito de la delicada relación entre democracia y libertad.

Dos libros, publicados en 1920 y 1937Liberty and the News. Princeton, Oxford: Princeton University Press, 2008, publicado originalmente en 1920; An Inquiry into the Principles of the Good Society. New Brunswick and London: Transaction Publishers, 2005, publicado originalmente en 1937. En este periodo, Lippmann publico otros libros igualmente influyentes, entre los que se encuentran Public Opinion (1922) y The Phantom Public (1925)., abarcan la evolución del pensamiento de Lippmann sobre este problema que podría resumirse así: motivado por la sensación de que «hemos aprendido que muchos de los derechos por los que el Hombre ha luchado tan duramente son absolutamente inseguros» (Liberty and the News), una sensación que subyace a su análisis de que el mundo se había hecho demasiado complejo para ser entendido por los ciudadanos en una democracia, Lippmann llegó a la conclusión más optimista (en The Good Society) de que «la elección que se le presenta a esta generación [la generación abocada a la segunda guerra mundial], entre una vida más confortable y una más libre, no lo es tal», afirmado que «Si una sociedad no es libre, no puede ser ni próspera ni pacífica»Introducción a la primera edición de 1937. El pensamiento de Walter Lippmann es complejo tanto por su originalidad y profundidad, como por su evolución. En una entrada posterior lo discutiremos con más detalle.. Con esta conclusión, Lippmann abre una cauta puerta al avance de una democracia que también mantuviera mayores grados de libertad, un avance que, no obstante, habría de verse brutalmente pospuesto poco después, como el mismo Lippmann se temía al poner el punto de mira en la amenaza de los totalitarismos ya evidentes en 1937 cuando publica The Good Society.

El pesimismo inicial de Lippmann sobre las limitaciones de la democracia en una sociedad donde el conocimiento es cada vez más complejo y especializado no se deriva necesariamente de lo sensato de su crítica a una sociedad que se considera democrática y libre. Curiosamente, tal pesimismo ha sido compartido por varios autores posterioresUn interesante resumen se puede encontrar en: Vox.com. Un fenómeno parecido en su lógica, ya que no en sus características, sucede entre los críticos sociales más inclinados a la acción política, especialmente en el ámbito de izquierda. Por poner un caso concreto, la tremenda desigualdad agudizada por la crisis financiera de 2007-2009 pero con causas anteriores a ella, y que en España se manifestó con toda su crudeza entre 2008 y 2013, ha sido analizada con lucidez en muchos casos y, sin embargo, el rango de soluciones propuestas por los analistas ignora frecuentemente las leyes de la gravedad y de la contabilidad. Bernie Sanders en los Estados Unidos (proponiendo fantásticos planes para establecer una sanidad universal a estilo de la canadiense y de avanzados países europeos) y Unidas Podemos en España, ofrecen ejemplos de esta dicotomía.

Al albur de la respuesta burda pero inevitable a la amenaza de la pandemia de hoy, gobernantes de todo orden ideológico están intentando acumular poder y control sobre sus ciudadanos. Muchos de esos gobernantes, los más autoritarios, intentarán mantener sus nuevos y flamantes poderes y controles indefinidamente. Al mismo tiempo, estamos siendo forzados a participar en un experimento social que, entre otras cosas, como destacaba el semanario The Economist hace unas semanas, impulsa a la creatividad humana y a la industria a comprimir en pocos meses lo que hasta hoy costaba cinco años conseguir“Still Made in China”, The Economist, 11th April, 2020.. La tecnología existente hoy y el stress test a que muchas de sus áreas más innovadoras están siendo sometidas en estos días dan pie a un optimismo prudente.

En esta página vamos a defender esa capacidad tan humana y tantas veces demostrada para concentrar las mentes y los esfuerzos en pos de una sociedad mejorada. Y si es posible que así sea sin que la peste nos muerda los talones, tanto mejor.

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Ficha técnica

5 '
0

Compartir

También de interés.

¿Seremos capaces de innovar?

Pocas dudas pueden existir acerca de que el persistente paro es el gran problema…

Eldorado y Una Buena Sociedad

Una Buena Sociedad nació con, pero no de, la pandemia. Y aquí estamos todos,…