
Las señas de identidad nacional
Pocos países han vivido (y viven) tan atormentados por su propia definición como España, con su problema identitario siempre a cuestas. En el debate conceptual sobre España se han cruzado diversos discursos nacionalistas: desde los esencialismos biológicos o metafísicos a los negacionismos de la idea de nación, que sólo asumen para España el concepto de nación vinculada al Estado o al de soberanía propia (hasta la Constitución de 1812, España no sería desde esta óptica sino la propiedad patrimonial de un monarca), pasando por la concepción de España como comunidad imaginada, artefacto cultural capaz de articular el imaginario colectivo en torno a un referente plagado de símbolos, en el que se funden pasado y presente.