El ruido y la furia.
rnEl movimiento de los indignados y la teoría de la democracia
Ni apocalípticos ni integrados, ni cambio radical de paradigma ni eterno retorno de lo ya conocido, las movilizaciones del 15-M merecen a estas alturas por derecho propio ser analizadas con atención crítica en sus continuidades y discontinuidades con otras movilizaciones contemporáneas, desde Occupy a los Global Justice Movements, así como con la tradición ya larga y nutrida de los nuevos movimientos sociales. En esta inesperada toma de palabra desde la calle, tanto en sus logros como en sus limitaciones, hay novedades políticas y de no escaso calado. Ante todo, la propia lógica de la acción colectiva en curso: tras tantas diagnosis de apatía y desafección cívicas, salta la sorpresa de la capacidad de rebelión ante el cierre de expectativas. Como si en las plazas resonara la vieja lección de Spinoza: Oboedientia facit imperantem, es la obediencia misma la que genera la dominación.