Pedagogías
Durante el año 2000, en que se conmemoró el Año Mundial de la Matemática, se habló mucho de un problema, por llamarlo así, no estrictamente matemático, es decir, no «técnico» sino, si me permiten la licencia, «metamatemático», que, según quedó bien claro, preocupaba a la mayoría de los matemáticos profesionales y profesores de matemáticas de todos los niveles. Se trataba (y se sigue tratando) de la escasa repercusión social de todo lo relacionado con el mundo de la matemática y los matemáticos: sus teorías, descubrimientos, problemas resueltos o abiertos, etc. El problema (en este caso abierto) consistía, evidentemente, primero en dilucidar las supuestas causas de esta situación y, segundo, en estudiar medidas para ponerle remedio (de por qué era un