La falacia biográfica
Al calor de los centenarios surge cantidad no siempre necesaria de estudios, ediciones y biografías que actualizan o se sirven de la obra de un autor. No todo es malo en esa costumbre celebratoria, porque sin ella no habrían nacido, pongo por caso, libros capitales del cervantismo publicados en torno a 1905 y 1915. Pero lo que Miguel Hernández precisaba, en todo caso, es aprovechar el centenario de su nacimiento para ofrecer luz nueva sobre viejos y oscuros tópicos, que es la oportunidad que el extenso libro de Eutimio Martín ha desaprovechado. Sin embargo, no hacer algo demasiado nuevo es menos grave que perpetuar y acentuar un viejo vicio de la crítica, que se ha cebado especialmente con la figura