Javier Fernández Sebastián
En los dominios de la historia cultural, que Peter Burke viene explorando y cultivando desde hace dos décadas, existe una provincia casi olvidada. Olvidada no por su situación –nada periférica–, ni por su extensión, ni menos aún por falta de importancia. Si la historia sociocultural del lenguaje –tal es el nombre de esa provincia– es difícil de localizar en el mapa de los saberes históricos, se debe sobre todo a la negligencia de los historiadores profesionales. Por eso hay que celebrar cualquier aportación significativa a esta subdisciplina incipiente que probablemente llegue a desarrollar una historiografía específica en los próximos años. El libro de Burke –que consta de cinco ensayos independientes, cuatro de ellos ya publicados– declara desde el comienzo su
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