Erudición y placer
Decía Jaime Gil de Biedma que siempre que pensaba en Juan Gil-Albert le venía a la cabeza la imagen de un sabio. Desde luego que en toda la obra de este gran poeta alicantino se percibe la huella de la sabiduría, de la reflexión, sensual y vital, de «un español que razona», como termina por llamarlo el propio Gil de Biedma en un famoso artículo. Precisamente este poeta y agudo crítico es quien ha dejado uno de los mejores comentarios a la obra, tanto poética como prosística, de Gil-Albert, en su ensayo «Juan Gil-Albert, entre la meditación y el homenaje», recogido en su volumen El pie de la letra. Ya ahí advertía del injusto olvido del que rescatar a tan