La esquela que venía en portada (y II)
¿Qué pensaban los humoristas acerca de la Transición? La pregunta puede parecer en principio sugestiva, pero en rigor no tiene respuesta posible. Y no la tiene porque está mal planteada. El humor, entonces como ahora, es un instrumento, un recurso o, si se prefiere, un arma que cada cual puede utilizar en función de una ideología, unos determinados intereses o sus propias convicciones. Uno de los libros que examina el humor de aquella coyuntura (Francisco Segado: Un país de chiste) muestra muy claramente que cada órgano de opinión empleaba el humor para disparar a objetivos muy distintos. No usaban la misma munición ni los mismos blancos, pongamos por caso, ABC o El Alcázar que Informaciones o La Vanguardia.