Marihuana culinaria
Un día, hace ya medio siglo, invité a unos amigos holandeses a merendar. Uno de ellos, de unos cincuenta años, persona seria con corbata y chaqueta, se sentó ante nuestro viejo piano vertical y empezó a tocar jazz y otras músicas. Luego llegaron por casualidad otros amigos y se armó una fiesta espontánea que duró hasta el amanecer. El holandés sólo se interrumpía para dar paso a otros números musicales.