Julián Gorkin y el «mundo libre»
Una conocida parodia de Luis Martín-Santos en su novela Tiempo de silencio ridiculizaba a Ortega y Gasset retratándolo como un charlatán metafísico. Resulta inevitable recordar uno de los textos autobiográficos de Gonzalo Torrente Ballester en el que recordaba las clases del filósofo. Reconocía don Gonzalo sus padecimientos para desentrañar el significado de las conferencias de quien, por otro lado, consideró siempre el maestro que le enseñó a pensar.