¿Quién alimenta a los cerdos europeos?
En aquellos tiempos del estraperlo, en plena posguerra, los piensos había que comprarlos en el mercado negro. El tío Quico, cuando se le preguntaba por cómo conseguía que sus cerdos estuvieran tan bien cebados, contestaba: «No sé, yo les doy ocho pesetas a cada uno y que se busquen la vida como puedan». En la actualidad, los europeos estamos imitando al tío Quico a gran escala, al utilizar extensiones crecientes de suelo no europeo para alimentarnos, mientras los detalles de dicho abastecimiento quedan en una nebulosa.