1 julio, 2006
Crear PDF de este artículo. La obra de José Luis Sampedro, que durante años ha gozado del favor del público, y en algunos libros –El río que nos lleva, Octubre, octubre o La sonrisa etrusca– también de parte de la crítica, está llegando en nuestros días a unos resultados irrelevantes desde el punto de vista literario con títulos, como el que comentamos, que pueden ser considerados sin paliativos de prescindibles. Ante casos así, no está justificado afirmar sin fundamento, como a veces se hace, que en una novela cabe todo y, lo que es peor, vale todo. La senda del drago se presenta ante el lector como una novela de actitudes e intenciones éticas, de testimonio y denuncia crítica,
Crear PDF de este artículo. El catedrático zaragozano José-Carlos Mainer es uno de los más fecundos maestros con que cuenta la universidad española en nuestros días. Sus estudios abarcan los siglos XIX y XX , con preferencia por este último y con atención frecuente a la literatura de hoy. No en vano Mainer fue uno de los primeros profesores universitarios con verdadera solvencia que se adelantaron a dar entrada en los estudios del mayor rango académico a temas, libros y autores actuales, teniendo en cuenta siempre la importancia de los mismos y operando en el análisis de sus obras con el rigor exigible en los estudios de literatura clásica. No como otros, que, por desgracia, abundan en la universidad española
Crear PDF de este artículo. La figura de Ernst Jünger convoca por sí sola la idea de un «espectador privilegiado» del siglo XX , tanto por su longevidad como por su bien ganada reputación de observador entomológico de su tiempo y escrutador minucioso del futuro. Los dos textos ilustrados que en esta cuidadísima edición nos presenta Nicolás Sánchez Durá (y que, en cierto modo, prolongan su no menos meritorio trabajo Ernst Jünger: guerra, técnica y fotografía,Valencia, Universidad de Valencia, 2000), al ofrecernos la posibilidad de atisbar el discurso del Jünger de la década de 1930, nos permiten acceder de alguna manera a lo que podríamos llamar el «núcleo duro» alrededor del cual se ha constituido esa idea, que se percibe
Crear PDF de este artículo. De un tiempo a esta parte, Carme Riera busca interlocutores en sus novelas. Lógicamente, el interlocutor del novelista es el propio lector, pero el lector suele desconocer detalles de la vida del novelista. Carme Riera busca interlocutores que le ayuden a comprender su propia vida o, al menos, ciertos episodios de su vida que resultan oscuros para ella misma. Empleando la segunda persona narrativa, Riera se dirige a alguna persona entre sus lectores que posea esa información privilegiada. En La mitad del alma, Riera se dirige a uno de sus lectores en particular, que acudió a la tradicional firma de libros del día de Sant Jordi de Barcelona en abril de 2001. Se trata de
Crear PDF de este artículo. Para empezar, geografía de las calles de Francisco González Ledesma. El barrio del Poble Sec limita al sur con el Paralelo, avenida que fue en su día Broadway barcelonés, emporio del ocio proletario: olor a puerto y ardor venéreo del Barrio Chino.Tiene el Poble Sec al norte la montaña de Montjuïc, con el castillo desde donde Espartero bombardeó Barcelona y donde fusilaron a Companys. Calles con nombres de navegante, como Magallanes, o Elkano; o de poeta (Cabanyes), donde nació Serrat; gente «que sua i penca i va al fútbol cada diumenge»; pisos que no superan los sesenta metros cuadrados. Habitados hoy por chinos y sudamericanos, cobijaron a la clase obrera que perforó el Metro y
Crear PDF de este artículo. Si la narrativa actual ofrece muchos ejemplos de realismo en los que predomina la acción, la lógica en el comportamiento de los personajes y el azar (algo tan real) para resolver los conflictos, a veces echamos en falta que el narrador preste atención a sensaciones más profundas, a mecanismos que articulan emociones que todo el mundo experimenta pero que son difíciles de mostrar en un relato. Narrar lo invisible que nos sucede cada día es un buen camino para interesar al lector, pues en el inconsciente de cada lector hay un secreto deseo de volver a encontrar los sortilegios felices que pueblan los cuentos de hadas. La escritora japonesa Banana Yoshimoto lo sabe y por
Crear PDF de este artículo. Una tarde de 1908. La escena tiene lugar en un taller del Bateau-Lavoir, el inmueble de la empinada rue Ravignan, en Montmartre, que desde finales del siglo XIX alberga a una abigarrada población de artistas y literatos de la nueva bohemia.Algunos son extranjeros. Como Pablo Picasso, ya muy alejado del «realismo» representativo (Les demoiselles d´Avignon es de 1907) y que está inmerso en la tarea de inventar el cubismo analítico con su amigo Braque, «como dos montañeros atados juntos». El pintor malagueño es, precisamente, el organizador de un banquete-homenaje al que acuden figuras conocidas en los círculos de vanguardia: Guillaume Apollinaire y su «musa», la pintora Marie Laurencin, con quien el poeta está viviendo una
Crear PDF de este artículo. Hay nombres de editoriales, también de revistas (Destino –que en su momento fue ambas cosas–, Triunfo), demostrativos de que en nuestro país hubo un tiempo de exaltación patriotera. Que luego el rumbo de tales instituciones culturales campase por otros respetos es harina de diferente costal: es el caso de Lumen (el nombre, como el algodón del anuncio, no engaña), en un principio dedicada a libros religiosos, al calor de nuestra posguerra, y que terminó siendo emblema progresista dirigido por Esther Tusquets, quien había accedido a tan meritoria empresa por cuestiones familiares. Y, como bien explica en su documentado –pero impresionista– libro confesional, más que de memorias o autobiográfico, Esther no tiene relación con la editorial
Crear PDF de este artículo. El texto de la última e inspirada novela de Nooteboom coquetea con el del Génesis reescrito en El paraíso perdido de John Milton en la medida en que juega con un Adán –Erik Zondag, un crítico literario en horas bajas– y una Eva –la joven Alma– expulsados del infierno contemporáneo hacia el desbaratado, desmitificado paraíso de Australia: «El mundo se extendía frente a ellos / para escoger su mansión de reposo, / mientras la Providencia era su guía. / Cogidos de la mano / a través del Edén, / emprenden su solitario camino», rezan los versos miltonianos que Nooteboom anota en el epígrafe final, acompañados si acaso por una idea confusa de los ángeles, los
Crear PDF de este artículo. «Concluir las frases –dice Estrella de Diego en estas Travesías por la incertidumbre– es tan solo una práctica admitida que nada tiene que ver con la naturaleza del lenguaje y, mucho menos, de las historias» (p. 254). Es cierto: el supuesto de que la proposición que uno tiene en la cabeza y que quizá ya ha empezado a escribir o a pronunciar llegará a terminarse de manera satisfactoria –es decir, de un modo que corresponda exactamente a lo que uno quería o quiere decir– es una creencia casi inevitable pero muy precipitada. Es un pecado de soberbia creer que las cosas acaban siempre como se creía cuando empezaron. No todo el mundo, sin embargo, concederá
Desde 1996 nuestro propósito es transmitir, a través del comentario bibliográfico, opinión cultural de altura a un público lector, muy formado y con intereses más amplios que los correspondientes a su especialidad.