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Una nueva etapa

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Revista de Libros (RdL) ha sido desde mediados de los años noventa del siglo pasado una publicación señera en el ámbito de las letras. A lo largo de estas décadas, ha pasado por distintas épocas, todas ellas coronadas con éxito por la vocación indiscutible de su anterior director, Álvaro Delgado-Gal, por el aliento de su patronato y, no en menor medida, por el apoyo de sus distintos mecenas. Sobre todo, RdL debe su éxito a la confianza de sus lectores, que nos han acompañado por distintas vicisitudes y épocas. 

En su reunión del pasado marzo de 2023, el Patronato decidió encomendarme la tarea de salvaguardar el legado y, al mismo tiempo, conducir la Revista a una nueva etapa, lo que necesariamente implica preparar la nave con la que navegar por las circunstancias propias del mundo globalizado de las primeras décadas del siglo XXI.

En este nuevo proyecto queremos, antes que nada, volver a conceder al libro todo el protagonismo. RdL quiere ser un espacio de discusión y un foro de debate que tenga, siempre, como fuente de inspiración los argumentos contenidos en las páginas de ese objeto cultural sobre el que se ha construido buena parte de lo que somos y de lo que queremos ser. Defender el libro significa reconocernos como sujetos históricos, dispuestos a plasmar experiencias en un relato y, al mismo tiempo, conscientes de lo que significa la exposición pública de razonamientos complejos. Haciendo honor a su nombre, queremos que nuestra revista gire en torno al libro impreso, del que se anuncia con insistencia su mala salud y del que algunos agoreros llegaron incluso a anunciar su deceso. Nuestra revista quiere ser un lugar de encuentro y discusión de ideas que requieran en su formulación y desarrollo un esfuerzo algo mayor que el que proporcionan la inmediatez y liviandad de los nuevos medios de comunicación. Un libro no es un tweet por la sencilla razón de que un argumento elaborado ocupa algo más que 280 caracteres. Del mismo modo, la discusión de un buen libro, ya sea de ficción o de no ficción, requiere más espacio que el que muchos medios generalistas normalmente conceden a sus reseñas. Si las artes liberales tuvieran por tarea, como señalaba Anthony Grafton, «la búsqueda crítica de evidencias», RdL aspira a cumplir con ese encargo, huyendo de la desinformación y del juicio apresurado.

En la nueva etapa de RdL, queremos dar cabida no solo a los autores, y a los lectores, sino también a quienes contribuyen a la creación de este producto cultural, ya sean editores, libreros o bibliotecarios. Una parte muy importante del acervo cultural de un territorio se mide a través de la calidad de sus publicaciones, lo que necesariamente significa tomar en cuenta a quienes proponen, quienes arriesgan, quienes saben, quienes viven envueltos literalmente en libros, de cualquier formato, y de cualquier tipo, quienes los venden y quienes los fabrican. La historia del libro, lo saben bien quienes la han estudiado, no puede desligarse de sus formas de producción y distribución, del mismo modo que la historia de las ideas tampoco puede escribirse sin tomar en cuenta sus formas de objetivación material. En la nueva sección de nuestra Revista, que hemos llamado «El mundo del libro», queremos dar la palabra y poner cara a muchos de estos protagonistas imprescindibles en nuestro devenir cultural.

Revista de Libros cuenta en la actualidad con más de 70.000 lectores. De estos, más del 60 % provienen de fuera de España, más del 55 % son lectoras y más del 45 % tienen edades comprendidas entre los 18 y los 33 años. Son datos magníficos, desde luego, que nos hacen pensar en la tarea pendiente de abrir aún más si cabe nuestra revista a la cultura de habla española, a las mujeres y a los jóvenes. Para potenciar esas tres demandas sociales hemos comenzado por crear un Consejo Editorial de sensibilidades y opiniones diversas. Al mismo tiempo, hemos impulsado, y vamos a seguir buscando, la complicidad y el apoyo de las comunidades hispanohablantes del continente americano, así como de otras partes del mundo. RdL quiere servir de vehículo a la cultura literaria e intelectual en lengua española, lo que significa que quienes nos sigan encontrarán en nuestras reseñas y en nuestros ensayos diversidad de acentos y expresiones. Queremos ser una revista plural, en la que quepan todas las voces informadas, lo que implica también apostar por la diversidad de criterios y razones.

En esta nueva etapa, hemos reconfigurado el índice de cada número. A la sección de Ensayos y Reseñas, hemos añadido otras, como «El autor ante su obra» o la mencionada «El mundo del libro». Tendremos también una sección de escaparate, a partir de los libros recibidos, así como un apartado de entrevistas que, esperemos, puedan también distribuirse y producirse en forma de pódcasts. No en menor medida, queremos reivindicar el patrimonio de muchos textos que, ya fueran publicados en RdL o en otros medios, merecen una segunda lectura. Nuestra sección de «Textos recuperados» trata justamente de eso: de buscar la manera de dilucidar si somos otros dando respuesta a los problemas de siempre o si seremos más bien los mismos de siempre enfrentándonos a problemas nuevos.              

Lo más importante, RdL no busca ni quiere ser una revista académica, tampoco una revista liviana. Perseguimos que quienes nos sigan encuentren en nuestra publicación un espacio para la reflexión tranquila, para el juicio informado, para el argumento contrastado. Nuestro objetivo es servir de portal para que los lectores del mundo de habla hispana se encuentren en nuestras páginas, dialogando entre sí a través de otros. Ese fue siempre el ideario de la República de las Letras, de la que nuestra revista forma parte.

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Ficha técnica

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