Buscar

Sublimación poética de la ciencia: a propósito de Clara Janés

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Clara Janés me ha enviado recientemente su poemario Orbes del sueño, un viaje hacia la blancura y la claridad a partir de la Física moderna: el caos, la relatividad, el universo, la función de onda o la supersimetría sirven a Clara de puntos de partida para indagar sobre las enigmáticas huellas que va encontrando en el esplendor de la nieve. La lectura de este libro luminoso me ha devuelto a un ámbito sobre el que he reflexionado a menudo: el del conocimiento y el enigma científico como raíces del poema. La Ciencia se ha visto reflejada en el espejo literario, desde Chaucer hasta la poesía contemporánea, pero no es este el lugar para una indagación minuciosa sobre el tema, por lo que me limitaré a traer a la atención del lector un par de mis ejemplos favoritos.

Fue mi amigo el profesor Juan Ramón Sanmartín quien primero me ilustró sobre la ciencia en fray Luis de León. En la «Oda a Felipe Ruiz» (versos 21-35 y 51-61), el poeta se adelanta a la ciencia de su tiempo, preguntándose el porqué de una serie de fenómenos naturales cuya bases científicas no serían desveladas hasta mucho tiempo después.

[…]
por qué tiembla la tierra;
por qué las hondas mares se embravecen,
dó sale a mover guerra
el cierzo, y por qué crecen
las aguas del Océano y descrecen;

de dó manan las fuentes;
quién ceba y quién bastece de los ríos
las perpetuas corrientes;
de los helados fríos
veré las causas, y de los estíos;

las soberanas aguas
del aire en la región quién las sostiene;
de los rayos las fraguas,
dó los tesoros tiene
de nieve Dios, y el trueno dónde viene.

[…]
Y de allí levantado,
veré los movimientos celestiales,
ansí el arrebatado
como los naturales,
las causas de los hados, las señales.

[…]
Quién rige las estrellas
veré, y quién las enciende con hermosas
y eficaces centellas;
por qué están las dos Osas
de bañarse en el mar siempre medrosas.

Veré este fuego eterno,
fuente de vida y luz, dó se mantiene;
y por qué en el invierno
tan presuroso viene,
quien en las noches largas se detiene.

Como señala Sanmartín, la ciencia ha tardado cuatro siglos en contestar las incisivas preguntas de fray Luis, empezando por las relativas al ciclo hidrológico (versos 26-28), clarificado por su coetáneo Palissy, siguiendo por las de la génesis de las mareas (24-25) y de los movimientos de cometas, lunas y planetas (52-54), abordadas por Newton, y terminando por las que inciden sobre la estructura interna y la energía del sol y las estrellas (57-58; 61-62), de las que se ocupó la física del siglo XX.

Unas décadas más tarde será John Donne quien se haga preguntas propias de la ciencia de su tiempo en el largo poema The second aniversary (1612). El poeta contrapone el cuerpo espiritual y enamorado al cuerpo como objeto biológico, visto este último con los ojos de una forma parecida a como lo haría su coetáneo, el científico William Harvey.

[…]
¿Por qué es verde la hierba y roja nuestra sangre?

[…]
¿Acaso no pensaron las almas
durante siglos que nuestro cuerpo está hecho
de aire, fuego y otros elementos?
Y ahora piensan en nuevos ingredientes.

[…]
¿Sabes cómo la piedra entra en la cueva
de la vejiga y nunca rompe la piel?
¿Sabes cómo la sangre, que al corazón fluye,
de uno a otro ventrículo pasa?
¿Y la pútrida sustancia que escupes,
sabes cómo tus pulmones la atraparon?

Estas preguntas sorprenden en este poeta que precisamente era contrario a cualquier tipo de indagación científica. Tanto fray Luis como Donne plantean preguntas a cuya contestación pueden aplicarse directamente los científicos, mientras que la poesía de Janés surge de las respuestas y de las construcciones lógicas de la ciencia, estableciendo un diálogo a posteriori. Véase como ejemplo el siguiente poema, escrito bajo el epígrafe genérico de «Supersimetría».

pero la nada…
 –pájaro solitario
desasido de color–
anulación exige
cuando el amor se conforma
con dejar de ser
¿plasmará el blanco
el sueño de lo negro
materia oscura
que refracta la luz
y en el espacio más remoto
se oculta?           

image_pdfCrear PDF de este artículo.

Ficha técnica

3 '
0

Compartir

También de interés.

Del tiempo de Carlos V

Peter Galison: «Einstein creía en la existencia de una correspondencia entre los fenómenos y la teoría»