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La enfermedad según Galeno

Sobre la localización de las enfermedades (De locis affecis)

GALENO

Gredos, Madrid, 462 págs.

Introducciones de Luis García Ballester. Traducción y notas de Salud Andrés Aparicio

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El tratado Sobre la localización de las enfermedades es uno de los grandes monumentos de la patología médica universal. Fue escrito por Galeno en el momento más maduro y lúcido de su carrera, renunciando a las elucubraciones doctrinales y adoptando un tono didáctico para transmitir a sus colegas los resultados de su larga experiencia médica. La explicación de problemas patológicos particulares se alterna en el tratado con la descripción de historias clínicas y con relatos que ilustran la relación personal de Galeno con sus enfermos, lo que presta a la obra una frescura expositiva y hace la lectura sumamente atractiva. Pero el tratado es, por otra parte, un texto complejo, en el que Galeno expone sus ideas sobre el diagnóstico, es decir, sobre el conocimiento de una enfermedad y sus posibilidades de curación, y define los instrumentos necesarios para establecerlo.

El recurso básico en la práctica médica es, para Galeno, la exploración del cuerpo del paciente; gracias a los datos proporcionados por los sentidos, en especial la vista y el tacto, el médico puede valorar la naturaleza del enfermo. Mediante una meticulosa observación del cuerpo, de su «contorno cósmico» y su entorno social, y con la ayuda de la inteligencia y el sentido común, el médico logra distinguir en el aspecto del enfermo los «signos» de la enfermedad y, entre ellos, los de mayor «fuerza significativa», a los que Galeno llama «signos probatorios». A la observación mediante los sentidos añade Galeno la conversación con los pacientes y sus allegados, que permite captar datos inaccesibles a la exploración sensorial, como los dolores que padecen, los síntomas anteriores de la enfermedad, sus hábitos, su vida anímica, etc. Otro instrumento característico en el diagnóstico es la analogía, establecida mediante las realidades de la vida cotidiana y los hallazgos en las autopsias de animales.

Pero la auténtica novedad del diagnóstico de Galeno reside en la importancia que otorga a la razón y a la conjetura, importancia que marca el comienzo de la especulación en el campo de la medicina. El diagnóstico por razonamiento o «diagnóstico científico» es uno de los grandes logros de Galeno en el ámbito de la patología y se hace posible merced al espectacular avance de los conocimientos anatómicos y fisiológicos logrados con la práctica de la disección, pero también gracias a una visión más profunda de la naturaleza individual y de la relación del individuo con el cosmos. Con este tipo de diagnóstico, Galeno pretendió «buscar los lugares afectados que escapan al conocimiento mediante el tacto y la vista» (VIII, 389), integrando la experiencia sensorial con el conocimiento anatómico y funcional y el ejercicio de la lógica, y convirtiendo así el «signo indicativo», de carácter hipotético, en «signo probatorio».

Ahora bien, Galeno nunca olvida que en el diagnóstico hay un importante componente conjetural, la «conjetura médica», la cual «está a mitad de camino entre el conocimiento exacto y la perfecta ignorancia» (VIII, 14). Por ello, la intención de fundamentar diagnóstico y pronóstico sobre bases racionales tiene que convivir con la aceptación de la incapacidad del médico para conocer con certeza el curso de muchas enfermedades y con la conciencia de los límites de su actuación.

Las opiniones innovadoras expuestas en Sobre la localización de las enfermedades hicieron de esta obra un especial foco de interés en dos momentos cruciales de renovación del gran movimiento intelectual que se ha llamado «galenismo». El primer momento se sitúa a finales del siglo XIII , cuando en las facultades de Medicina de Montpellier, Bolonia y París se planteó la necesidad de basar la práctica médica en una comprensión más profunda de este sistema, a lo cual contribuyó la aparición de más de sesenta obras de Galeno traducidas del griego y del árabe, que empezaron a sustituir a los escritos que formaban la llamada Articella y que habían sido hasta entonces el núcleo de la enseñanza de medicina impartida en las universidades. El segundo momento fue a mediados del siglo XVI , en la facultad de Medicina de Alcalá y de la mano del nuevo humanismo médico que encabezaba Francisco Valles y que pretendía una vuelta a los textos originales griegos de Galeno, depurados mediante las nuevas técnicas filológicas, con el fin de adaptarlos a la anatomía vesaliana.

El presente volumen es la primera versión aparecida en España de uno de los tratados científicos de Galeno basada directamente en el texto original griego. La cuidada y fiel traducción de Salud Andrés Aparicio permite al lector (ya sea experto o profano) adentrarse en el complejo y fascinante texto del Sobre la localizaciónde las enfermedades, mientras las excelentes introducciones de Luis García Ballester, sin duda el mayor especialista español en la obra de Galeno, son el mejor instrumento para guiarnos en la lectura de este amplio corpus doctrinal médico.

Al tiempo que recorre las diversas etapas de la vida y el pensamiento de Galeno, García Ballester nos describe la génesis de este pensamiento y los diversos elementos que convergen en él: la tradición hipocrática, la filosofía platónica y aristotélica, la obra de los científicos griegos, la variedad conceptual y metodológica de las escuelas médicas contemporáneas y, finalmente, la propia actividad de Galeno como investigador y clínico.

El ambiente cultural de su Pérgamo natal y de las otras ciudades donde Galeno vivió (Esmirna, Corinto, Alejandría) antes de establecerse en Roma, su formación en las escuelas filosóficas y científicas, así como la elite social romana y helenística para la que trabajó marcan la evolución de la práctica médica y del pensamiento científico del gran médico. Orgulloso de ser griego, insistía en usar la lengua griega como único instrumento para expresar adecuadamente el pensamiento científico, al tiempo que desechaba cualquier influjo del entorno latino de su tiempo. Tampoco cesó Galeno de defender la independencia de criterio, la validez de los conocimientos aportados por los antiguos y la curiosidad científica, denunciando el formalismo y el dogmatismo de escuela que privaban de libertad al científico.

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Ficha técnica

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