
Los epistolarios como relato de una vida: las cartas de Galdós
Desde la Antigüedad grecolatina se han fijado ideas que explican la escritura de cartas, más allá de la estricta proyección de su autor, como un diálogo entre éste y el destinatario cuya presencia se hace notar tanto en lo que puede compartir con el epistológrafo como en la inserción que este último hace de frases y estimaciones directas del lejano receptor. Este espejeo de proyecciones personales se advierte en las colecciones de cartas que los medios de comunicación hacen accesibles, ya sea en las ediciones que sólo recogen las cartas escritas por un único redactor (las ediciones monódicas), ya las ediciones que también recogen las recibidas por él (las ediciones polifónicas). Una variante moderna del género epistolar es la carta aparecida en las publicaciones periódicas («carta abierta» o «carta comunicada»), pues aunque su exhibición coram populo elimina uno de los rasgos característicos de la carta privada, cual es su perfil de confidencia secreta, su transformación periodística llega a su grado máximo de reelaboración en las series de artículos que se ofrecen a los lectores como «cartas».