Un libro desmitificador
Ha pasado ya algún tiempo desde la publicación de este libro y ya las aguas se han calmado, la polémica que suscitara en su día remitido, las amargas críticas pasado y, acaso, las molestias y heridas que causara o abriera cicatrizado y, así, tal vez nos hallemos en disposición de realizar un juicio crítico menos apasionado y menos beligerante, aún a sabiendas de la beligerancia que en sí mismo –y a partir del título– la obra encierra. Tal vez, en primer lugar, hemos de felicitarnos por el hecho de que el gran escritor peruano Mario Vargas Llosa siga conservando, acaso desde una etapa de juventud más o menos progresista o revolucionaria, el peso ético del compromiso del intelectual. Probablemente, hallan