El nuevo des-orden internacional
Esta crítica puede comenzar por una cita, contenida en la cubierta posterior del libro, y que, a falta de firma, cabe, razonablemente y por su estilo, atribuir al autor. Dice que «en cierto modo (este libro) es una provocación para evitar la reocupación sectaria del universo, espacio y valores por las tribus opulentas». La obra es, en efecto, una provocación y su autor, el provocador, une a esta condición las de editorialista y columnista más, lo que ya cabría calificar de estatus, burgués y ordenado donde los haya, la cualidad de catedrático de Derecho. La provocativa obra no tiene desperdicio y, en contra del archimanido tópico, no se lee de un tirón. Ello, por una razón principal: el lector-ser vivo