Biombo de memorias
A veces se nos olvida que los fantasmas más entrañables que nos pueblan la soledad o incluso los espectros más siniestros que nos acompañan la melancolía, fueron en vida nuestros parientes más próximos o nuestros íntimos amigos. Barry Gifford ha escrito un biombo de memorias, una cartografía de sus recuerdos que se despliega sobre los párrafos como un pequeño mural entrañable y, a la vez, desconcertante. Su libro nos confirma que nuestros muertos caminan con nosotros, pero también refleja que desconocemos sus misterios. El padre fantasma está escrito a la manera de un sh¯osetsu japonés, que el propio Gifford define como una autobiografía más o menos aderezada por la pátina del tiempo o la imaginación, pero no ficticia. Se trata